Capítulo 10: Surfos

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Llegamos al área en el que dos grupos jugaban voleibol en la arena. Eran entre chicos y chicas. Alrededor habían personas mirando y animando.

—Aquí me quedo yo —dijo Bryan deteniéndose. 

—¿Cómo así? ¿Y yo qué hago?

—Tú vas a Surfos.

Lo miré con claras intenciones de arrancarle la cabeza.

—No sé dónde está Surfos, genio. —Me puse una mano en la cadera, en la otra mano cargaba mis botas, ya que, había olvidado que las traía, con un mínimo de tacón, pero tacón al fin. Así que, había tenido que quitármelas para caminar descalza.

Bryan se acercó y tomándome de los hombros, me dió la vuelta y señaló a algún punto.

—Ahí está. Es la tienda de muchos colores que dice Surfos en letras grandes —dijo, en todo burlón.

—Tarado — Empecé a avanzar hacia dónde me dijo.

—Adiosito. —Gritó a mis espaldas.

El calor en este lugar era otra cosa. Mi cabello ahora estaba envuelto a lo alto de mi cabeza, pero uno que otro flequito se salía y yo tenia que acomodarlo detrás de mis orejas para que no estorbaran. También había empezado a sudar.

Seguro parecía náufraga.

Llegué a Surfos y no vi a nadie tras el mostrador.

—Hola, hola. —Saludé, a la espera de alguien. Luego me miré los dedos de los pies, estaban llenos de arena, así que me senté en una de las sillas que había frente al mostrador y empecé a moverlos para ver si la arena se salía de entre ellos.

Que sensación tan incomoda.

—¿En qué puedo ayudarte?

Al fin aprecia alguien.

—Hola, estoy buscan... do...

La persona frente a mí debía tener una expresión similar a mía, porque sus ojos estaban muy abiertos ahora mismo. Una toalla, se deslizó de su hombro y pensé que se había caído al suelo, pero su mano se alzó y la volvió a colocar en su lugar. 

–Lilisent. —Una sonrisa se dibujó en su rostro y me pregunté cómo podía alguien lucir tan diferente e igual al mismo tiempo.

—Hola, Levi.

Hasta que el verano nos vuelva a juntar Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu