Capítulo 49: Compras y Celos

15 3 0
                                    





—Creo que eso es todo —dije, mirando dentro del carrito. Habían globos, diferentes tipos de papeles, cortinas y un montón de materiales de decoración. —¿En serio Mía necesita todo esto? Ni que fuera a decorar toda la casa.

Es que en serio eran muchas cosas.

Levi, quien llevaba el carrito, miró dentro y se encogió de hombros.

—Ella es un poco nerviosa con estas cosas. No es la primera vez.

—¿Hacen esto muy a menudo?

—Lo hicimos el año pasado para el cumpleaños de Bryan. Ella siempre se encarga de esta parte.

—Ustedes dos se llevan muy bien. —Mi lado curioso no podía callarse.

—Somos todos amigos, así que se podría decir que si.

—Yo creo que ella quiere algo más que eso. —¿Eso lo dije o lo pensé?

La sonrisa de Levi fue la respuesta a eso. 

—Le gusta jugar a eso, pero sabe que no estoy interesado en nada romántico con ella. Solo es una amiga a la que aprecio.

—Si fueras mi novio, tendríamos serios problemas al respecto.

¿Había dicho eso en voz alta? Dios, que se habrá el suelo y me trague, por favor.

Las cejas de Levi subieron en sorpresa. Yo solo quería meterme en el carrito y taparme con las compras.

—Quiero decir, si tuvieras novia no estaría de acuerdo con que una amiga se portara así a tu alrededor.

Él asintió lentamente.

—Si tuviera una novia no tendría dudas al respecto.

—No se trata de eso, sino de que una chica que supuestamente es tu amiga se comporta como si fueras un pastel que se quiere comer cada que estás cerca. Eso no se ve bien. Y a tu novia no le gustaría. Por más confianza que se tuvieran. —Creo que había hablado mucho.

Levi dejó el carrito y caminó hasta quedar frente a mí. Para este punto yo quería devolver el tiempo y borrar todo lo que había soltado en los últimos segundos.

—Estás muy segura de lo que pensaría mi novia.

Yo di un paso atrás y me encogí de hombros, tratando de parecer calmada.

—Es sentido común.

—Nah. Yo creo que serías una novia celosa. —Su tono era de broma, pero yo no sabía cómo digerir eso.

—No sabes cómo soy de novia, así que no hables.

—¿Porqué te siento a la defensiva, Lilisent?

Di un brinco cuando lo sentí tocarme, pero el solo tomó la hoja de mi mano, y lugar donde había tocado me pico por unos segundos.

—No estoy a la defensiva, solo no me gusta que asuman cosas sobre mí.

Él miró la lista y volvió a verme un segundo después.

—No asumo, hablo desde el recuerdo—dijo ahora con algo de humor.

—¿De qué hablas?

—Eras muy celosa conmigo cuando éramos niños. Te enojabas cuando tenía una amiga nueva o cuando no podía venir a jugar porque iba a visitar algún primo. No me hablabas hasta que te pedía perdón y te traía regalos.

—Yo no recuerdo eso. —Me encogí de hombre y me dirigí hacia el carrito y empecé a conducirlo yo hacia la caja. Ya quería irme de este pasillo tan pequeño con Levi como única compañía.

Hasta que el verano nos vuelva a juntar Where stories live. Discover now