Capítulo 22. La Fogata

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La playa estaba mas que iluminada y a pesar de la hora había muchas personas ahí. Unas paseando, otras en los bares y restaurantes, pude ver a uno que otro en el agua y me pregunté cómo podían con lo fría que estaba la noche.

Habían colocado unas luces muy bonitas que iluminaban el lugar.

—¿Dónde es la fogata? —Pregunté.

—Cerca de la zona rocosa de la playa. Un poco alejado, pero no tanto. —Bryan venía detrás de nosotras. Sus ojos estaban en su celular.

—Se te olvidaron unos botones de la camisa. —Bromeé, ya que llevaba una camisa con estampado de palmeras y había dejado casi todos los botones superiores abiertos.

—Así van, enana. No sabes del buen vestir. —Me sacó la lengua.

—Soy una experta del buen vestir. —Le devolví. —¿Olvidas quien eligió lo que traes puesto?

—No te burles, entonces.

—Es que lo traes casi del todo abierto y así no va. Haces que me duelan los ojos.

—Hicis qui mi diilin lis ijis. —Se burló de mí.

Yo intenté empujarlo y me reí de cómo fui yo la que casi se cae en el intento.

—No te preocupes, Lily, cuando seas surfista profesional serás más fuerte. —Me consoló Julie.

—Gracias, compañera. —Le devolví la palmada en la espalda.

—Ah, mira, ya casi llegamos.

Miré hacia dónde señalaba Julie y no muy lejos pude ver la luz que provenía de la fogata. Era una zona más apartada de la playa. No había tanta gente alrededor, pero si dónde estaba el fuego. Pude ver que había una zona llena de rocas, unas bajas y otra que se alzaban hasta formar una pequeña montaña.

—Si que vinieron todos —dijo Julie.

La miré y estaba agarrando el final del suéter. Estaba retorciéndolo.

—¿Son sus antiguos compañeros? —Entrelacé mi brazo con el de ella y eso pareció distraerla.

—De todos. Pero lo buenos es que son amigos y nos conocemos entre todos.

Yo asentí.

—No te preocupes, que yo te cuido, ¿okay? —Me dijo, como si ella no luciera más nerviosa que yo.

Sonreí ante su comentario.

—Eso me deja más tranquila.

Hasta que el verano nos vuelva a juntar Where stories live. Discover now