Capítulo 56: Duda

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Me dirigí al área de la playa en donde serían las pruebas. Me fui antes de tempo, porque mis primos no habían vuelto, lo que me parecía algo extraño, así que tía Su me recomendó que me fuera antes para averiguar qué sucedía.

Surfos estaba cerrado, lo que me pareció aun más raro, porque cuando los chicos no estaban en servicio siempre había alguien más ahí. Pero solo seguí y cuando llegué, efectivamente se estaban dando las pruebas, pero no vi a mis primos ahí, ni a Anthony y mucho menos a Levi. Así que me acerqué a uno de los otros profesores.

—Disculpa, ¿las pruebas de la mañana ya terminaron?

—Así es.

—¿Sabes dónde está el profesor Anthony?

Él asintió.

—Se tuvo que ir. Junto con otro de los monitores, creo que por una emergencia familiar, o algo así.

Yo asentí y luego de agradecer me alejé un poco de la gente y saqué el celular de mi mochila. No lo había prendido un, así que en cuando se encendió pude ver que tenía varias llamadas perdidas, de mis primos y hasta una de Anthony.

Decidí llamar a Julie.

—Lily, ¿Donde estabas metida? te he estado llamando desde temprano.

—¿Qué pasa? ¿Porqué estás llorando?

Mi prima intentó hablar, pero solo escuchaba sus sollozos y me estaba poniendo de los nervios.

—¿Hola? Lily, hablas con Anthony.

—Si, si, aquí estoy... Emm, me puedes decir qué pasa. ¿Porqué Julie está así?

—¿Dónde estás? —Me preguntó él.

—Estoy en la playa, Anthony. Vine para la prueba pero ninguno de ustedes estaba aquí, dime qué pasa.

—Necesito que vuelta a tu casa y que vengas con Susan al hospital general.

Mi corazón dio un vuelco.

—Okay, pero ¿Porqué al hospital? ¿Quién está ahí? ¿Alguno de mis primos está herido? ¿Dónde está Levi?

—Ellos están bien, la que está mal es la Yaya. Ve donde tu tía y vengan ambas al hospital, aquí les explicaremos mejor.

La llamada se colgó, pero yo seguía con el móvil pegado a las orejas. Yaya estaba mal, pero, ¿qué tan mal? Para que todos estén en el hospital debe ser grave. Dios, si le llegaba a pasar algo a esa mujer...

Pasé mis manos por mi rostro para eliminar las lágrimas y empecé a correr de regreso.

—Dios, que no le pase nada, por favor.

A este punto ya estaba hecha un lío de lágrimas.

Levi... debía estar destrozado.

Llegué a la casa y abrí la puerta con el mínimo cuidado.

—¡Tia! ¡Tia Su! —Corrí a la cocina y no estaba, cuando llegué a las escaleras ellas estaba por empezar a bajarlas.

—¿Qué pasó? ¿Porqué tanto..?

Me costaba hablar, así que mi tía terminó de bajar las escaleras.

—¿Qué pasa, cariño? Vamos, trata de respirar despacio y habla con calma.

—Hay que ir al hospital. —Tomé una bocanada de aire. —Al hospital Central.

—¿Porqué? ¿Qué pasó? —Mi tía trató de sonar calmada, pero empezaba a ver la preocupación en su rostro.

—Yaya...

Fue lo único que pude decir, pero fue más que suficiente porque mi tia asintió y tomándome de la mano salimos de la casa y metiéndonos en el auto nos dirigimos al hospital.

Hasta que el verano nos vuelva a juntar Where stories live. Discover now