Capítulo 20: Los puntos sobre la mesa

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Luego de preparar el almuerzo entre las tres, porque mi tía ya estaba despierta cuando llegamos. Ahora estábamos todos comiendo en la mesa.

—¿Te enteraste de la última, ma? Lily va a empezar a tomar clases de surf.

Volteé a ver a Bryan algo sorprendida y con ganas de lanzarle la cuchara a la cara.

—¿En serio, cariño? —Mi tía volvió a colocar la cuchara en el plato.

—Eso creo. —dije —¿Y tú cómo te enteraste de eso? —le pregunté a mi primo.

—Yo me entero de todo lo qué pasa en este lugar. —Respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

—Querrás decir que eres un chismoso. —Julie se burló de él.

—Mamá, Julie está usando su celular en la mesa.

Golpe bajo.

—Julie... —Mi tía la reprendió. —¿En qué quedamos?

—¡Solo lo miré por un segundo! Eres un grandísimo...

—¡Julie! —Di un respingo por el tono de mi tía.

—Lo siento, ma. —Ella le lanzó una mirada asesina a Bryan. Él le sacó la lengua en respuesta.

Eran como niños y yo lo disfrutaba a lo grande.

Escuché un suspiro a mi lado.

—No pareces alguien a quien le gusten esas cosas. —El pequeño Jimmy interfirió por primera vez en la conversación. —¿Lo hiciste porque te gusta alguno de los profesores?

Casi escupo toda la comida. No esperaba eso en lo absoluto. A parte de que el silencio que se hizo en la mesa no ayudó en lo más mínimo. Julie estaba con una mano bajo la mesa, probablemente escribiéndose con Anthony, mi tía seguía comiendo, haciendo como quien no quiere la cosa, pero su atención estaba en nosotros y Bryan me miraba con esa sonrisa maliciosa suya.

Solo esperaba que no soltara alguno de sus comentarios que poco ayudaban.

—Tienes razón, Jimmy. No soy muy fan de los deportes en general, pero de eso se tratan estas vacaciones para mí.  Quiero hacer cosas que me saquen de mi zona de confort, ¿entiendes? —No era mentira a fin de cuentas, solo que en ese momento no pensé en eso.

—¿Quién será tu profe, Lily?

Puse los ojos en blanco ante la pregunta malintencionada de Bryan.

—Levi. —Soné más tensa de lo que esperaba.

Mi tía miró hacia arriba con poco disimulo.

—Ya dejen a Lily en paz. Si quiere probar algo nuevo está en todo su derecho de hacerlo. —Acompañó eso con un guiño, lo que hizo que alguien más pasara por mi cabeza. —Con tal de que sea seguro y se divierta. Si es con Levi, me quedo más tranquila.

Tía Su siempre le tuvo mucho cariño a Levi.

—Voy a estar bien. No hay de qué preocuparse.

—Siempre y cuando no comprometan mis clases, yo no tengo problemas. —Jimmy comentó y siguió comiendo.

Este niño debía tener entre 12 y 60 años. Hablaba como un anciano.

No volvimos a salir en lo que quedaba de la tarde, sino que estuvimos trabajando en despojar la habitación de invitados para que pudiera pasarme a él.

—No me molesta que Lily esté conmigo —Había dicho Julie, mientras organizaba una caja.

Yo le sonreí desde mi lugar en el piso.

—Yo sé que no, pero Lily también necesita su propio espacio y privacidad. —Mi tía estaba quitando las cortinas anteriores para poner nuevas.

—Puedes pasarte cuando quieras a mi habitación. —Mi susurró Julie.

Yo me reí por lo bajo.

—Gracias. Tú también puedes venir aquí cuando quieras.

Agradecía mucho tener mi propia habitación, ya que era una persona que disfrutaba mucho de mi tiempo a solas, pero también me gustaba pasar tiempo con ella así que agradecía su gesto.

Hasta que el verano nos vuelva a juntar Where stories live. Discover now