Capítulo 23: Frio

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Apenas llegamos donde estaban todos y empezaron los saludos y las presentaciones, ya que no conocía a la mayoría, por no decir a casi nadie de los que estaban ahí.

Habían algunos chicos sentados alrededor de la fogata, otros estaban sentados un poco más cerca del agua, y otros sobre las rocas. Ahí pude ver a Anthony, estaba en su móvil y su lado estaba Levi sentando, con una pierna extendida y la otra flexionada, miraba hacia abajo, con la cara apoyada en la mano que descansaba sobre su rodilla.

—Ahí están los chicos. —Asentí hacia mi prima.

—Vamos —Me tomó la mano y avanzamos hacia la zona rocosa.

No estaban tan alto, así que no hubo problema para subir, pero aún así los chicos se acercaron y nos dieron la mano para ayudarnos a llegar a donde estaban.

—¿Llegaron hace mucho? —Les preguntó Julie, mientas nos sentábamos en el espacio que nos hicieron en medio de ambos. Agradecí que habían puesto unas mantas que cubrían las rocas dónde estaban sentados.

—No tanto. —Respondió Anthony.

Yo volteé a mi derecha, Levi estaba sentado con las palmas juntas entre sus muslos.

—Estás hermosa —dijo tan bajito que creo que Julie, que estaba sentada a mi otra lado no escuchó.

—Gracias. —Me acomode el pelo sobre un hombro ya que no quería sentarme sobre él. —Tú también está muy guapo. —Su cara me dejó claro que no esperaba un halago de vuelta, arrugó la nariz y sonrió. —Luces tiernamente sorprendido —Decidí soltarle.

—Es porque me tomaste algo de sorpresa. —Se frotó las mano y la volvió a poner entre sus piernas.

Tiene frío.

—No creo que sea porque no lo sepas. —Metí los dedos entre mi cabello y los bajé hasta que ya no hubo más, y repetí la acción. A mi lado escuché la risa de mi prima.

—¿Qué cosa? —Me preguntó Levi.

—Que eres un chico apuesto —Le dije.

El miró hacia arriba, como pensando en que decir. Levantó una de sus manos y empujó su cabello hacia atrás para quitarlo de su rostro. No traía gorra y solo tenía parte de pelo amarrada. El resto caía tanto sobre su cuello, como por su rostro. Su intento de medio recogido se iba deshaciendo de a poco y la goma se estaba aflojando.

—No me quejo, la verdad. —Volteó un segundo para responderle el saludo a un chico que pasó por nuestro lado y siguió bajando hasta unirse a otros en la fogata. —Pero a los chicos no suelen halagarlos seguido. Supongo que por eso me sorprendí un poco.

—¿Así que ya no te incomodan los halagos? —Le pregunté. De pequeño recuerdo que se ponía de todos los colores cuando su abuela lo elogiaba delante de alguien.

Él sonrió. Supongo que entendiendo porqué lo preguntaba.

—Creo que más que incomodarme más bien me avergonzaba.

—¡Aún lo hace!

Volteé hacia Julie. Ella y Anthony ahora miraban hacia dónde estábamos y no me había fijado en que se habían unido más personas a nuestro pequeño grupo.

Habían dos chicas y un chico que no conocía. Y se sentaron de manera que ahora formábamos algo parecido a un círculo.

—Chicos, déjenme les presento a mi prima.

Hasta que el verano nos vuelva a juntar Where stories live. Discover now