Parte 52

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Revisaba mi celular mientras esperaba en la recepción del consultorio de mi ginecólogo, después de que Ovidio me regañara la noche anterior por dejar pasar el dolor de cabeza y no venir al doctor.

Si venir a un chequeo médico iba a lograr que él estuviera bien no me costaba hacerlo y  darle la tranquilidad de que todo marchaba bien, un mensaje llegó al celular que usaba para hablar con Ovidio.

Mi reina que todo salga bien con el doctor, cuándo salga me marca para que me diga cómo le fue, no sé le olvide que la amo un chingo.

Una sonrisa se pintó en mi rostro, estaba por responder cuándo la enfermera me llamó, entre al consultorio.

- Buenos días saludé.

- Buenos días señora Kuri, tomé asiento por favor.

Me senté en el escritorio de frente a él, dejé mi bolso en la silla de aún lado, mientras el doctor comenzaba a realizarme preguntas.

- Cuéntame ¿Cómo se ha sentido?.- cuestiono.

- Un poco más cansada de lo habitual.- rei.

- Es completamente normal, pues su bebé está creciendo muy rápido.- escribió en su computadora.

- La semana pasada comencé con dolores de cabeza, se presentan cuándo me siento más cansada.

- ¿Han sido constantes o se quitan por un tiempo?

- Desaparece cuándo duermo un poco, pero después de unas horas vuelve a presentar.

La enfermera se acercó a mi y comenzó a tomarme la presión, anotó en una hoja el resultado para después continuar con los demás signos vitales.

- Se puede recostar en la camilla por favor.- me indicó el ginecólogo.

Hice lo que me pidió, levante mi blusa y la enfermera colocó gel en mi vientre, el médico tomó el aparato del ultrasonido y lo comenzó a pasar sobre mi piel con pequeños movimientos.

En la pantalla que se encontraba junto a él apareció la silueta del rostro de mi bebé.

- Aquí está su bebé.- sonrei al escucharlo.- Veamos si todo se encuentra en orden.

- Espero que sea así.- respondi.

- ¿ Puede ver su pequeña manita?.- sentí una alegría inexplicable.- contaremos cuantos dedos tiene.

Contó sus dedos unos por unos, sus pequeños y hermosos dedos que se movían lentamente, cómo si estuviera flotando.

- No pierda de vista la pantalla.- dijo, yo clavé mi mirada para no perder ningún detalle.

Mis lagrimas comenzaron a brotar de mis mejillas, no podía dejar de pensar en lo amada y esperada que es mi pequeña niña.

- Hola mi amor.- dije entre sollozos.- te amo.

- Eres una bebé muy amada y muy esperada.- dijo el médico.- Necesitamos escuchar los latidos de su corazón.

Los latidos se comenzaron a escuchar en la habitación, sonaban diferentes a los latidos de la última vez, el médico los escuchaba mientras tecleaba algo en la máquina.

Libertad- OGL 👑🐭Where stories live. Discover now