Parte 40

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Mi papá había mejorado mucho, después de casi un mes en el hospital por fin lo habían dado de alta. La estancia en el hospital fue una tortura, no sólo por ver a mi papá en esas condiciones, sino por la actitud que mi madre tenía conmigo, me ignoraba y se alejaba de mí.

Mi hermano Marco seguía con nosotros, había dejado claro que no se iría hasta ver a mi papá con bien y en casa, ese día había llegado.

- Bienvenido a casa papi.- dije emocionada.

Marco empujaba la silla de ruedas mientras yo cargaba con las maletas y papeles que habíamos traído del hospital. Mi madre nos esperaba en casa, junto con Lolita, se había encargado de preparar todo para la llegada de mi papá.

- Antonio mi amor.- mi madre corrió emocionada hacia nosotros.

- Hola mi vida.- pronunció emocionado.- no te librarste de mi Lilia.

- No me digas eso, te hice el caldo que tanto de gusta.

Pasamos directamente al comedor, Lolita ya había colocado todo el servicio de mesa y nos estaba sirviendo. Tomamos nuestros lugares y comenzamos a comer.

- Me da mucho gusto volver a casa y ver a mis hijos juntos.- decía feliz.- ustedes son el motor de mi vida.

- Gracias a Dios estás mejor papi, me alegra mucho verte de regreso en casa, hacía falta tu presencia.- Miré a mi hermano.- también estoy feliz porque tú estas aquí, te extrañé mucho.

- Prometo que vendre a visitarlos más seguido.

- Que bueno que sea así y no esperes hasta que cosas cómo esta sucedan para recordar que tienes familia.- mi mamá y sus oportunos comentarios.

- No digas eso Lilia, nuestros hijos también tienen que hacer su vida y muchas veces es lejos de nosotros.- nos miró.- pero tengan la seguridad de que está es su casa y siempre serán bienvenidos.

Agradecimos y seguimos comiendo, al terminar Marco ayudo a mi padre a ir a su habitación para poder descansar, yo me quedé a poner orden en la mesa y llevar todos los platos sucios a su lugar.

- Fátima deja eso ahí.- dijo mi madre molesta.

- No te dije nada antes porque tu padre estaba en el hospital, pero ahora si me vas a tener que dar explicaciones.- suspiré.

- ¿Explicaciones de qué? Ya hablamos sobre la camioneta.

- No te hagas tonta que sabes bien de lo que hablo.

- No soy tonta y tampoco soy adivina.

Caminó a la pequeña mesa de servicio, tomó su celular y presionó la pantalla algunas veces.

- Explícame esto.

Puso su celular frente a mí rostro, en la pantalla estaba la fotografía en la que Ovidio y yo saliamos juntos en el zoológico. Sentí una corriente helada por todo mi cuerpo y mi estómago se hizo pequeño, maldita Samantha.

- ¿De dónde sacaste eso?.- cuestioné extrañada.

- Me lo enviaron de un número desconocido, y no es todo.

Volvió a toquetear la pantalla buscando algo hasta que lo encontró y me lo mostró, era el articulo por el cuál nos dimos cuenta quienes eran en realidad Ovidio e Iván.

- No entiendo nada.- dije segura.

- La que no entiende nada soy yo, ¿Qué haces con éste delincuente?.

- Por Dios mamá un número extraño te manda todo eso y tu decides creer, ¿A caso no sabes que las fotografías se pueden editar?.

- ¿Y quién tendría la necesidad de enviarme esto? No puedo creer que dejarás a Enrique para poder irte con éste hombre que sólo se dedica a hacer mal y asesinar personas.

Quizá era por toda la presión que había tenido las últimas semanas, pero estaba más molesta de lo normal y no me iba a callar.

- ¿Enrique buena persona? Por Dios no me hagas reír, lo único que hacia bien era controlarme todo el tiempo me decía que hacer y que ropa usar, se atrevió a engañarme y por si fuera poco me pego, ¿Es el tipo de hombre que quieres parabyu hija?.- pregunte alzando la voz.

- ¿Por qué discuten?.- cuestionó mi hermano entrando al comedor.

- Miralo con tus propios ojos.

Mi madre le dio su teléfono, él lo tomó y comenzó a leer todo lo que estaba plasmado en la pantalla, al terminar sonrió y se lo devolvió a mi madre.

- No tiene gracia Marco.- Dijo ella molesta.

- ¿La vas a criticar?.- se paro junto a mi y tomo mi hombro.- Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra.

- Por Dios Marco cállate, no tienes idea de lo que dices.

- Ese es el problema, que sólo tú puedes tener la razón y no es así mamá, ¿Tienes una idea de lo patán que era Enrique?.- estaba molesto.- ¿No verdad? Para ti lo importante es que dirán, no la felicidad de tus hijos.

- Claro que me importa su felicidad, pero Fátima pasó los límites, tener de pareja a un delincuente no es algo que voy a permitirle, ¿En qué persona te estas convirtiendo Fátima? Seguramente ese spa que piensas poner es con dinero sucio.

- Te equivocas es dinero legítimo, Ovidio no me ha dado dinero yo estoy con el porque me demuestra que me ama y me hace feliz.

- Claro ¿Y me vas a decir qué esa camioneta también la compraste con tu dinero?.- agaché la mirada.- no lo puedo creer Fátima, te estás convirtiendo en lo mismo que él y yo no crié a mis hijos para ser unos delincuentes.

- Ya cállate mamá.- mi madre estampó su mano en la mejilla de mi hermano.- ¿Por eso te espantas? ¿Te acuerdas porque me fui de aquí?.- Le cuestionó.

Estaba tan molesto que la arteria de su cuello se marcaba y sus mandíbulas estaban tensas.

- Por inmaduro.- dijo ella indiferente.

- ¿Inmaduro?.

- Si Marco, inmaduro yo sólo quería alejarte de las malas compañías, una y otra vez te dije que Andrés era mala influencia y nunca me escuchaste, casi te vas a la cárcel por su culpa y ni así recapacitaste.

- Te equivocas.- sonrió.- yo robe el reloj y Andrés se echo la culpa, para que tu pudieras estar tranquila, y no sólo he echo eso si supieras todo no querrías ni verme.

Ella nos miró con desprecio pero sus ojos comenzaron a tomar un color rojizo, señal de que lágrimas estaban por caer.

- No te arrepientas, mucho menos te sientas mal.- me dijo mirándome a los ojos.- si eres feliz no haga caso de los demás, mucho menos de tu familia nunca te saques de la cabeza que mi madre sólo vive de apariencias, le interesa más quedar bien ante la gente y dejas atrás a sus hijos, si es verdad yo te voy a apoyar.

- Si es verdad, cuándo lo conocí no sabia a que se dedicaba y cuándo me enteré era muy tarde, ya lo amaba, no me puedo alejar de él porque me hace feliz.- expliqué.

- No te quiero volver a ver en mi casa Fátima, lárgate de aquí y olvida que tienes padres, quedarte con ese delincuente.

Mentiria si dijera que mi corazón no se estrujo,pero  no iba a ceder, no está vez. Sali del comedor y tome mi bolso, camine a la puerta principal y fui directo a la cochera, Marco me tomó por el brazo.

- Me voy contigo, sólo deja que vaya por mis cosas.

- No Marco, quédate, mi papá se pondrá muy triste si no nos ve a ninguno de los dos, quédate y cuídalo, yo te estaré llamando.- él asintió.

- A mí no me importa nada, siempre serás mi hermanita y quiero verte feliz.

Nos dimos un abrazo, beso mi mejilla, me abrió la puerta de la camioneta y la cerró detrás de mí, di marcha al vehículo, cuándo giré en la esquina mis lagrimas comenzaron a salir.

Manejé hasta llegar a la cuidad de Puebla, todo el camino lloré, estaba triste y lastimada.

Libertad- OGL 👑🐭Onde as histórias ganham vida. Descobre agora