Parte 8

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Llevábamos tres días haciendo adornos para la celebración de un aniversario más de la casa hogar, esté año habíamos decidido hacer piñatas y guirnaldas de papel para adornar.

Mis dedos dolían de tanto recortar, quite las tijeras que sostenía entre mis dedos y pude ver como una pequeña ampolla se comenzaba a formar en uno de ellos, estábamos en el salón de usos múltiples habíamos escondido todo aquí para que los niños no pudieran ver nada.

Samantha se encontraba frente a mi pegando papeles de colores sobre las piñatas.

- Licencia Fátima, la buscan en la entrada.- exclamo el vigilante del edificio.

- Gacias Don Jaime.

Comencé a caminar hasta la entraba, al llegar vi a un repartidor de lo que parecía ser una florería, verificó mi nombre y camino a una pequeña camioneta, trajo consigo un buque de rosas blancas en un florero dorado.

Después de agradecerle, entre de nuevo al edificio y caminé hasta la oficina, estaba segura de saber quién lo había mandado, puse las flores sobre una pequeña repisa junto a la ventana y tomé la tarjeta.

Nena:
Comencemos de nuevo por favor, no tires a la borda los años y experiencias que hemos pasado juntos.
Te amo, Enrique.


Definitivamente esté hombre no entendía, volví a colocar la tarjeta sobre las flores y salí de la oficina para ir de nuevo con Samantha.

- ¿Quién era?.- preguntó al verme entrar.

- Flores de Enrique.- me dejé caer en la silla.

- Al parecer no va a dejar de insistir.

- De verdad que ya no sé de que forma decirle.- suspire.- muchas veces le pedí que cambiara su actitud, sólo lo hacía unos días y volvía a lo mismo de antes.

- Amiga, no tienes que justificarte conmigo, créeme que entiendo porque tomaste la decisión de terminar la relación, siempre te voy a apoyar.

-Gracias por siempre estar a mi lado.

- Bueno ya dejemos de hablar de cosas feas.- provocó que sonreirá.- ¿Qué color te gusta más?.- sostenía papeles de colores en sus manos.

Seguimos trabajando mientras platicabamos desde cosas del trabajo hasta cosas más triviales cómo moda, el sonido de la puerta abriéndose nos distrajo.

- Buenos días señoritas.- era la voz de Carlos.

Estaba parado detrás de mi acompañado de Iván y Ovidio, nos levantamos para poder saludarlos con la mano y un beso en la mejilla.

Al acercarme a saludar a Ovidio pude ver una sonrisa dibujada en su rostro, era la primera vez que besaba su mejilla sin sentir remordimiento, después de unos segundos nos separamos.

-Ey hola ¿Qué los trajo por aquí?.- pregunté.

- Ya se tiene que renovar el convenio de la licitación de víveres, vine a verlas para que revisemos el nuevo contrato.- dijo Carlos.

- Ve tú, yo me quedó, tengo que apurarme porque se seca el engrudo.- exclamó Samantha.

- Vengan vamos a la oficina.- comence a cominar.

Salimos del aula de usos múltiples y comenzamos a recorrer los pasillos, durante la caminata no puse atención a la conversación que sostenían Carlos e Iván, esporádicamente miraba a Ovidio,  era inexplicable pero el verlo me hacía sentir feliz.

- Tomen asiento en dónde gusten.- dije entrando a la oficina.

- ¿Cómo ha estado?.- pregunto Iván.

Libertad- OGL 👑🐭Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ