Parte 41

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El día anterior había regresado a la cuidad de Puebla, lo último que quería hacer era estar sola en casa, Lolita se habia quedado en Veracruz, para ayudar a mi mamá con los cuidados que mi papá necesita.

Pasé toda la noche llorando, no sólo porque mi madre me había corrido de su casa, sino porque sabía perfectamente que Samantha era quién le envió la información junto con la fotografía y me había decepcionado.

Decidi no decirle nada a Ovidio, sólo le avise que ya estaba en casa y ya tenia el celular que me había dado, estaba ocupado, sólo se tomó unos minutos para decirme que me cuidara y que no olvidara lo mucho que me amaba.

Pasé gran parte de la noche pensando si debía continuar con ésta relación, todo se estaba tornando complicado y un tanto imposible, cerré los ojos y fielmente pedí una señal, si, una señal que me hiciera saber si debía continuar o darme por vencida.

Decidi levantarme de la cama y volver a retomar mis actividades, junto a Mickey y Miriam afinabamos los detalles para poder abrir el spa.

Estábamos dentro del local, admirando como había quedado la pared de mármol que adornaba la recepción.

Sonreí mientras dejaba caer mi cuerpo en uno de los sillones, miré por última vez las letras doradas sobre la pared, recline mi cabeza con direccion al techo y suspire.

- Deberías tomarte unos días, te notó muy cansada.- dijo Mickey sentándose a mi lado.

- Es sólo agotamiento acumulado, ya estoy durmiendo las horas necesarias, en unos días estaré cómo nueva, ya te dejé mucho tiempo sólo con todo esto.

- Sabes que no me molesta, yo puedo ir mañana a ver lo de las lámparas, no es necesario que me acompañes, así te puedes dormir toda la mañana.

- Gracias, de verdad me servirá mucho.- me incorporé y le sonreí en agradecimiento.

- Pero de verdad duerme para que se te quiten esas ojeras.- los dos reimos por su comentario.

Tenia razón, yo también podía contarlas cuándo me miraba al espejo, definitivamente el accidente de mi padre también me había afectado, estaba segura que durmiendo un día completo me repondria.

Terminamos los último pendientes del día y cada uno se dirigió a su casa, llegué a tomar un baño para después recostarme en la cama y quedar completamente dormida.

Desperté al día siguiente, me giré para tomar mi celular que se encontraba en la mesita de noche, desbloquee la pantalla y entre a la aplicación de Ubereats para pedir algo de comer.

Media hora después estaba sentada en la isla de la cocina, abrí el recipiente desechable que contenía chilaquiles y pollo asado, tenía tanta hambre que comí todo.

Tomé mi celular y llamé a Mickey para ver si necesitaba ayuda en algo, mala idea pues terminé siendo regañada, me volvió a rectificar que debía descansar y olvidarme de el trabajo.

Subí nuevamente a mi cuarto, entré a la regadera y al salir me puse una pijama limpia, conecté mi difusor y coloqué unas gotas de aceite de lavanda, me recoste en la cama y encendí el televisor.

El aroma de la lavanda comenzó a salir del difusor, sentí como mi estómago se revolvió provocando que fuera directamente al baño, coloqué pasta dental en mi cepillo y lavé mis dientes, tratando de quitar el mal sabor que me había quedado después de volver el estómago.

Apagué el difusor, abrí las ventanas y bajé a la sala para esperar que el olor saliera de la habitación, lo que acaba de suceder me parecía extraño.

El aceite de lavanda era uno de mis favoritos, lo usaba casi todas las noches y nunca había sucedido algo similar, quizá su olor había cambiado porque no lo había utilizado en el tiempo que estuve en Veracruz.

Libertad- OGL 👑🐭Where stories live. Discover now