Parte 48

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Trataba de cerrar la maleta para que toda la ropa que quisiera llevar conmigo pudiera caber, pero era imposible hacerlo, tomé medidas drásticas y me senté sobre ella hasta lograr que el cierre avanzara.

Iría llevando mis cosas poco a poco, en las visitas que hiciera a Puebla llenaría nuevamente mis maletas.

Escuche el timbre de la puerta principal, miré mi reloj de muñeca, las 12:30 am, era hora de tomar el jet que me llevaría a Culiacán.

Emprendimos el corto viaje a la pista clandestina, Cuarenta minutos después estábamos a nada de abordar, estaba ilusionada con éste nuevo comienzo.

- Señorita ya llegamos.- me dijo Tello palmeando mi brazo.

- Tan rápido, sólo cerré un segundo los ojos.- los dos reimos.

Bajamos del jet, a diferencia de las ocasiones anteriores está vez Ovidio había venido a esperarme.

- Reina.- gritó mientras se acercaba caminando.

- Hola guapo.- sonreí y caminé hacia la misma dirección.

Al estar uno frente al otro me beso, yo llevé mis manos a su nuca y me aferré a él, extraba tanto sus besos. Nos separamos por falta de aire, él tomó mi mano y caminamos hacia un vehículo 4x4.

Una vez arriba se percato de cómo subían mis maletas a otra camioneta y pudo notar que traía más equipaje de lo normal.

- ¿Si se va a quedar unos días?.

- No, lo siento.- vi su cara de decepción.- si vine es para quedarme.- sonreí.- claro, siempre y cuándo la propuesta sigue en pie.

- Siempre mi reina, gracias por la sorpresa, chingao' no sabe lo feliz que me hace.

- Yo estoy más feliz.- sentí movimientos sobre mi vientre.- dame tu mano.

Él sin pensarlo me la dio, yo rápidamente la lleve sobre mi vientre, los ligeros movimientos se hicieron más presentes, Ovidio veía sorprendido su mano.

- ¿Le duele?.- cuestionó dudoso.

- No para nada, todo lo contrario se siente bien.- acercó su rostro y habló.

- Hola ratoncito, papá ya te tenia muchas ganas de verte.- alzó la mirada.- ¿Será niño o niña?.

- Aún no lo sé, vine a que lo descubrieramos juntos.

- ¿Cuándo tiene que ir con el doctor?.

- En unos días, pero no conozco a ninguno de aquí.

- No sé preocupe mi amor, mañana yi me encargo de encontrar al mejor de todo Sinaloa.

Definitivamente había tomado la decisión correcta, estar con Ovidio era lo que le hacía falta a mi corazón.

- ¿Quiere comer algo?.- cuestionó al llegar al rancho.

- No gracias, sólo quiero dormir otro poco.

- A dormir entonces.

Así fue, fuimos directo a la cama a dormir, perdi la cuenta de las horas que pasaron. Al despertar los rayos del sol entraban a través de la ventana, pero Ovidio no estaba a mi aldo.

Sonreí al escuchar cómo el agua de la regadera caia, me levanté de la cama y sigilosamente entre al baño, me quité la ropa y abri la puerta de cristal de la regadera.

- Hola, ¿Puedo?.- dije para llamar su atención.

- Favor que me hace, vengase.

Extendió su mano para ayudarme a entrar sin que llegara a resvalarme, los dos nos ayudamos mutuamente a lavar nuestros cuerpos.

Libertad- OGL 👑🐭Where stories live. Discover now