Parte 33

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Pasé toda la noche contemplando las fotografías que Ovidio me había dejado, guarde cada detalle en mi memoria, analicé mi expresión, nunca antes había lucido tan feliz en una fotografía.

Y es que realmente era feliz a su lado, pero ahora me aterraba pensar en los comentarios de las personas a las que Samantha les costaría, mi cuerpo se estremeció, pero, lo pensé mejor y tomé el consejo que le había dado a mi supuesta amiga.

Dejar de pensar en lo que dirian los demás y sólo dedicarme a ser feliz.

Sonreí y tomé entre mis manos la fotografía más pequeña, fui al estudio, me senté en el escritorio y tomé unas tijeras, corte y detalle hasta dejar sólo nuestros rostros. De mi cuello quité el relicario que Ovidio me había regalado y puse las fotografías dentro, lucia bello y podría tenerlo cerca de mí, cerca de mi corazón, el miedo había desaparecido.

Mi reina ¿Cómo está?

Hola amor, estoy feliz, las flores están bellísimas, la dedicatoria y el otro regalo ni se diga, te prometo que guardare todo.

Pa' que no se olvide de mí y no me diga que va a aguardar nada, si se las deje es porque confío en usted.

Nunca me olvidaría,
te acabas de ir y ya te
estoy extrañando.

Ya hágame el milagrito de venirse
a vivir conmigo, miré que aquí
nos vamos a divertir mucho.

Prometo ir a verte, pero sobre
vivír contigo no puedo asegurar nada.

Miré cómo es nomás' mata mis ilusiones.

Nunca dije que no,
sólo necesito pensarlo y
tenemos que conocernos más

Bueno, se la compro, mi amor me tengo que ir, sólo le marque de rápido.

Gracias por llamar, necesitaba escucharte, que Dios te cuide
no olvides que te amo.

No se me olvida, lo tengo bien presente en mi corazón, cuídese mucho chula, la amo un chingo.

Sin decir nada más colgamos la llamada, aún no quería decirle nada sobre lo que había pasado con Samantha, esperaría hasta mañana para ver lo que sucedia en el trabajo.

Dormí un poco más tranquila, con la seguridad de que todo estaría bien, que pasará lo que pasará lo enfrentaría.

La mañana siguiente desperté temprano y tomé un baño, me dio tiempo desayunar e iba con tiempo de sobra para el trabajo.

- Buenos días.

Educadamente salude al entrar en la oficina, no obtuve respuesta por parte de Samantha, dejé mi bolso y abrí el archivero para sacar los formatos que utilizaría para los pendientes de hoy.

- Buenos días, les traje café.- Mickey entró con un par de vasos.

- Hola, buen día.- besé su mejilla y procedi a ayudarlo.

Libertad- OGL 👑🐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora