Con mucho pesar me levanté de la cama, era lunes por la mañana y lo último que quería hacer era ir a trabajar. Ovidio se había ido ayer por la noche y me moría de ganas de estar con él, cada vez me costaba más dejarlo ir.
Después de arreglarme salí de mi cuarto y fui directo a la cocina.
- Lolita, buenos días.
- Buenos días mi niña, hoy si se te pegaron las sábanas.
Me regaño y dejó un vaso de jugo verde frente a mí, sin pensarlo llevé el vaso sobre mis labios y lo bebi rápidamente.
- Ya estoy terminando tus huevos.
- No, ya no me da tiempo.
Salí corriendo de la cocina, mientras escucha a Lolita quejarse porque me hará daño no desayunar, tomé mi bolso y salí con dirección a mi trabajo.
- Buenos días.- Salude a Samantha y Mickey al entrar.
- Hola ¿Qué tal tu fin?.- preguntó Samantha.
- Si Fátima, cuéntanos ¿Qué hiciste éste fin de semana? Vienes muy alegre.- rodé los ojos.
- Nada del otro mundo, sólo dormir, ¿Y ustedes?
- Yo fui con mis padres a una comida en Casa Puebla, ya saben a hablar sobre la casa hogar.- expresó Samantha.
- Claro y a ver a Rafael.- se burló Mickey.
Rafael era hijo del gobernador, no era un secreto que él y Samantha mantenían una relación de amigos cariñosos, ella creía que tenían algo más serio, pero él sólo la utilizaba.
- Pues si, si estaba y por cierto les manda saludos.- dijo molesta, saliendo de la oficina.
- Se enojo.- mencione.
- Sólo dije la verdad, la que no la dijo fuiste tú.- lo vi sorprendida.- siempre que vienes así es porque lo viste, te conozco.- reí.
- Tienes razón, fue un buen fin de semana.
- Te lo dije, te conozco.
Estaba por responder cuándo Samantha entró por la puerta, más mal humorada que cuándo se había ido.
- Ya es hora de trabajar.- mencionó.
Pude ver cómo Mickey mordía su labio para aguantar la risa, yo sólo la observé, sus ojos estaban humedecidos.
- Bueno me voy, porque tenemos "mucho" trabajo.- se despidió Mickey.
- ¿Te puedo ayudar en algo?.- Le cuestioné.
- No, gracias.- respondió seca.
- Bueno, si necesitarás de mi ayuda con gusto estoy para ti.
Ella sólo asintió con la cabeza, mientras se la pasaba hojeando los papeles que estaban sobre el escritorio, sin ningún sentido y sin ningún orden.
Me senté frente a ella, tomé la lista del pedido de víveres, comencé a revisarlo y a buscar lo necesario para poder recibir los alimentos que llegaban cada inicio de semana.
- ¿Podemos tomar un café después del trabajo?.- me preguntó.
- Claro, tengo la tarde libre, podemos ir a dónde gustes.- sonreí.
Ella respondió mi sonrisa a secas, nuestra jornada laboral continuó, Samatha seguía perdida en la nada y yo sólo me dedicaba a trabajar.
Revisaba que los alimentos que Carlos Gamboa traía vinieran en buenas condiciones y que fueran las cantidades que correctas.
BINABASA MO ANG
Libertad- OGL 👑🐭
Short Story¿Valdrá la pena dejarlo todo? Si me hubieran dicho el giro que daría mi vida me habría echado a reír, simplemente no lo creería. Nunca imaginaría que ese hombre prófugo me haría sentir verdadero significado de libertad.