Parte 59

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No lo voy a negar la despedida había sido difícil,  pero definitivamente no quería pasar mi vida de esa forma, mucho menos con todo lo que acababa de pasar.

Metí la llave en la cerradura y gire el pomo, después de un tiempo había vuelto a mi casa, miré a la calle y vi a Tello por última vez.

Él sonrió y ladeo su cabeza en forma despedida, le devolví la sonrisa y sacudí mi mano para decirle adiós, entre a casa y cerré la puerta.

Parecía que el tiempo no había pasado, todo seguía en su lugar, aunque un poco polvoso y el jardín descuidado.

Subí a mi habitación, dejé los papeles y la pequeña caja de madera sobre la mesa de noche, me tiré en la cama y eche a llorar.

-¿Por qué?.- grité a todo pulmón.- Yo no quería esto para mí.

Y si, yo no quería pasar por esto, sólo quería sentirme amada y formar una familia, pero la vida tenía otros planes para mí.

Lloré por horas, pedí comida pero no pude terminar todo el plato, sentía cómo mi estómago se comprimia, pero al menos ya podía tomar mis medicamentos sin que mi estómago doliera.

Volví a la cama, encendí la televisión y comencé a cambiar canales, nada me parecía interesante la apague y tire el control del otro lado del colchón.

Gire mi cabeza sobre la almohada e iba a llorar nuevamente, pero decidí que no seguiría así, me levanté y fui directo a darme un baño.

No sirvió de nada, pues en cuanto pude eche a llorar en la regadera, al menos mis lágrimas de camuflajeaban con el agua que caía. Me sequé y fui a la cama, no lograba dormir y de verdad lo necesitaba, tomé la caja de Valium y tomé una de las pastillas, anteriormente no las había necesitado. Las noches pasadas Ovidio me había acariciado hasta que me quedaba dormida, pero ahora no era así, él no estaba a mi lado.

Me abrace a mi misma y lloré hasta que los efectos de las pastillas se hicieron presentes.

Desperté al día siguente al rededor de la una de la tarde. Misma dinámica comer, tomar una pastilla, llorar y dormir, así pasaron tres días.

Hasta que la mañana del cuarto día, tocaron a la puerta de mi habitación.

-Fátima voy a pasar.- escuché la voz de Mickey del otro lado.- ¿Fátima?.

- Pasa.- dije a secas.

- ¿Cómo estás?.-cuestiono entrando.- no inventes huele súper mal aquí.

Dijo mirando al rededor, todo era un tiradero no me había deshecho de los platos de comida que había pedido días atrás.

- Si piensas que te voy a dejar morir en esa cama estás muy equivocada.- levantó la sábana.- levántate ¿Por lo menos de has bañado?.- asentí.- menos mal, cambiate de ropa por favor vamos al spa.

-Tengo que guardar reposo.

-No te llevaré a hacer pesas, simplemente te sentirás en un sofá a ver cosas distintas a estás cuatro paredes.

Sin reclamar me levanté de la cama y fui directo al clóset, tomé ropa deportiva me cambié, lave mis dientes y recogí mi cabello.

-Ya.- dije al salir.-no tienes porque hacerlo.

Estaba recogiendo la basura en una bolsa negra, ya tenía abierto el ventanal y las cortinas. Caminé hacia el tratando de quitarle la bolsa.

- Escucha Fátima.- alzó la voz.- todo estará bien, vamos a salir de está y nunca te voy a dejar sola.

Por inercia lo abrace e inmediatamente comencé a llorar, él siempre estaba a mi lado, lo necesitaba, mucho más ahora que no tenía al hombre que amaba ni a mi familia cerca.

Libertad- OGL 👑🐭Where stories live. Discover now