Parte 47

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A pesar de que Ovidio había logrado que la noticia no fuera divulgada en mi mente no dejaba de rondar, no podía creer que Samantha se atreviera a tanto, tenía semanas sin poder quitarme eso de los pensamientos.

No me había atrevido a comentarle nada a Mickey sobre lo sucedido, él y Miriam estaban tan felices con el spa que no quería arruinar su felicidad, no tenía caso ser tres los estresados, con que yo lo estuviera bastaba.

Estaba por comer el primer bocado del plato de fruta que tenia al frente, pero el sonido de mi celular me detuvo, mire la pantalla y era mi hermano.

Hola Faty

Marquito ¿Cómo están?

Mi papá mejor las terapias le han ayudado bastante

¿Crees que ya pueda ir a verlo?

Lo siento, pero mamá sigue igual o más molesta, no sé  que podría pasar si te ve, sabes que es muy grosera y yo creó que

Que debo esperar más tiempo.

No me gustaría que discutieran otra vez, papá ha mejorado mucho y ver algo así le caería mal.

No te preocupes, entiendo ojalá un día de estos me pueda tomar una llamada, me hace falta escucharlo.

Verás que , en cuanto pueda lo haré.

¿Pregunta por mí?

Claro, todos los días, ella evade el tema, pero por el contrario yo le he contado lo bien que te va con el spa, está muy feliz y orgulloso de ti.

Que bueno saberlo.

¿Todo está bien? ¿Verdad?

Por supuesto, todo va excelente.

Seguimos platicando por unos minutos más, terminamos la llama cuándo me di cuenta de la hora que era, tenía un paciente agendado y no tardaba en llegar.

En realidad aún podía hablar un poco más, pero, no sabia que más decir, comí el primer bocado de mi desayuno y sentí cómo algo se removió en mi estómago, perfecto lo único que me faltaba, no poder desayunar por las náuseas. Di un segundo bocado y pasó lo mismo, sólo que esta vez la sensación no se detuvo, llevé mis manos sobre mi vientre y lo acaricie, por primera vez podía sentir los movimientos de mi bebé.

Lloré por algunos minutos, es algo que no puedo explicar sentirlo fue increíble ahora si me sentía completamente embarazada. Sólo faltaba que Ovidio estuviera junto a mi para colocar su mano sobre mi vientre y que pudiera sentir, lastimosamente no lo estaba.

Me quedé pensativa algunos minutos, hasta que escuche cómo Mickey y Miriam entraban riendo en la habitación.

- Hola ¿Por qué tan sonrientes?.- cuestioné.

- Mickey no acepta que perdió.- respondió Miriam.- hicimos una apuesta y ahora no quiere pagarme.

- Porque eres una tramposa.

Libertad- OGL 👑🐭Where stories live. Discover now