El apartamento

XLI- Fiesta 28

Narrado por Candy

- Candy amor - escucho un susurro en mi oído.

- ¿Ahhh? - es mi muy profunda respuesta, estoy exhausta, hicimos el amor toda la noche y la madrugada, ahora lo único que quiero es dormir.

- Dormilona - siento su respiración muy cerca de mi boca y su aroma a madera y lavanda. Me besa la punta de la nariz y comienza a bajar por mi boca, mi barbilla, el cuello hasta que llega a mis senos.

- Ter...rry - le digo entre dormida y excitada.

- Es hora de levantarse - en ese momento él lame mi pezón y abro los ojos automáticamente - jajajaja - escucho su sensual risa - sé que tu despertador es aquí y aquí - él lame el otro.

- Terry... casi no hemos dormido, sólo déjame acurrucarme un ratito más, ven - lo abrazo rodeando su espalda y trato de empujarlo a un lado para que regrese a acostarse, pero no logro moverlo ni un centímetro, su cuerpo es demasiado grande y fuerte para moverlo.

- Pecas en serio, en una hora llega tu familia - me levanto como un resorte.

- ¡Es cierto! ¡Lo había olvidado! - corro hacia el baño y él entra atrás.

- Para apurarnos lo mejor es bañarnos juntos - nos metemos a la tina y comenzamos con la tarea, nada rápido por cierto, entre sus toqueteos y mis regaños para apurarnos, duramos más tiempo que si nos hubiéramos bañado por separado.

- Tu padre fue muy amable en mandar sus autos a la estación, así todos pueden venir cómodos -

- ¿Cómo no Pecas? Si lo embobaste ayer, no me sorprendería que vaya personalmente a recibirlos para ganarte, es un viejo lobo y sabe que tienes mucho poder sobre mí -

- ¿Así que tengo mucho poder sobre tí? - le digo mientras arreglo el cuello de su camisa.

- Lo sabes Pecas, me tienes totalmente loco - me responde besándome en los labios, le sonrío y bajamos a esperarlos. No fuimos a la estación, han estado saliendo notas en los periódicos con detalles de la boda y los periodistas ya están montando guardia, tanto en la estación del tren para fotografiar a los invitados, como en la entrada de nuestra casa. Miro los autos llegar y salgo corriendo a la puerta arrastrando a Terry conmigo. Salen Albert, Stear, Archie, Annie, Patty, la abuela Martha, George y como lo predijo Terry, Richard Grandchester. Los ubicamos a todos en las habitaciones, decidimos que Albert tendría su antigua habitación y Terry se mudaría a la que está al lado de la mía, así podrá escabullirse más fácilmente. Karen me ha pedido una habitación, vive al otro lado de la ciudad y como organizadora no quiere retirarse temprano de la fiesta.

- Candy han llegado varios paquetes, los dejé sobre tu cama -

- Gracias Dorothy, vamos deben ser los vestidos para la boda - subo con Annie y Patty. Hay muchas cajas blancas con la firma Chanel y lazos dorados enormes.

- ¡Esta dice mi nombre! - grita Annie, lo abre y ahí está, un finísimo vestido verde esmeralda, ajustado en la cintura con escote recto y mangas de encaje - ¡Es precioso, me lo probaré!-

- Este es el tuyo Patty - es un vestido casi idéntico al de Annie, solo que con escote corazón, las chicas se los prueban y solo necesitan unos pequeños ajustes, mañana debo ir al estudio de Coco para la última prueba del vestido de novia. Será un día de chicas, ya todas se ofrecieron a acompañarme. Las demás cajas son los vestidos para la fiesta de hoy y para mi despedida de soltera.

Terry, Richard, Albert y George se encierran en el estudio para dejar en firme los negocios y los acuerdos que tendrán nuestras familias a partir de la boda.