XLIV - Día de chicas

4.4K 261 40
                                    

Narrado por Candy

Me despierto y extiendo mi mano para tocarlo, pero no lo siento, abro los ojos y me doy cuenta que estoy sola en la cama, siento un pequeño dolor de cabeza, debe ser por el vino...

Miro mi desnudez, específicamente una marca en mi seno derecho... ayer fue una noche intensa, cierro los ojos recordando lo sobre excitado que estuvo Terry mientras me hacía el amor y suspiro ¿o acaso gemí? Bueno lo importante es que fue fabuloso, me tomó tan apasionadamente, como nunca antes, lo único malo es la marca de pasión que ha dejado en mi pecho, espero que no se note.

Escucho que llaman a la puerta, me coloco la bata y abro, es Terry que ya está vestido pero se nota cansado.

- Buenos días diosa del sexo - me río y lo beso suave.

- Te levantaste muy temprano -

- No quería que me vieran salir medio desnudo de tu habitación, aunque irónicamente me encontré con alguien medio desnudo cuando salí-

- Oh ¿a quién?-

- A Albert que salía de la habitación de Karen - abro los ojos como platos - para bajar la incomodidad del momento le pregunté si ya le podría llamar suegra a Karen y bromeando me contestó que mejor la llamara mamá - me tapo la boca con las manos.

- Estaba segura que se iban a gustar, pero no creí que todo se diera tan rápido-

- Pecas ellos son mayores que nosotros, Karen es independiente hace mucho tiempo, creo que cuando tienes esa libertad ya no hay porqué perder el tiempo-

- Y ellos definitivamente no perdieron nada de tiempo - se ríe y asiente - otra cosa, mira lo que me hiciste - le muestro mi pecho con la marca de su succión, él se acerca y lo besa.

- Lo siento, ayer después de ese baile estaba muy caliente, hasta me sorprende que solo esa marca te haya dejado, a ver quítate la bata para revisarte mejor -

- Terry es tarde y sé lo que pasará si me la quito - él sonríe de medio lado.

- Sabes que tenía que intentarlo, ahora mira te traje un regalo - me da una caja grande y muy pesada.

- Déjame ayudarte - la toma de nuevo y la pone sobre una mesita, la abro y quedo abrumada.

- Terry gracias, pero no puedo aceptar esto - no la quiero ni tocar.

- Amor debes aceptarla es una reliquia familiar, debía dártela en nuestra fiesta de compromiso pero mi padre me la dio hace un par de días - Miro hacia adentro de la caja, no tengo el valor de sacarla de ahí. Él me ve y saca el finísimo joyero por mí.

- Cielo Santo Terry, es muy valioso, no necesito algo tan extravagante ¿y si le pasa algo? ¿Si lo dejo caer? ¿Si se lo roban? Dios mío - sí entré en pánico.

- Nada de eso va a pasar, es perfecta para que guardes tus tesoros-

- No creo que entres en esta cajita así que no lo necesito- le digo en broma.

- Yo sé que tienes tesoros Candy, que por cierto, no me has mostrado-

- Es cierto, lo había olvidado ¿Quieres que te los muestre ahora?- él asiente con una sonrisa, así que voy al clóset y saco la cajita de mis tesoros - Mira esta es la cruz de la Señorita Pony, me la obsequió cuando salí del Hogar a la casa de los Leagan, ella me dijo que mientras la tuviera nada malo me pasaría; este es el prendedor de mi Principe de la Colina, ya sabes que es Albert, lo encontré la primera vez que nos vimos, yo tenía seis años y él vestía un kilt y tenía una gaita, a mi edad no tuve otra explicación, solo deduje que se trataba de un príncipe-

El apartamentoWhere stories live. Discover now