LIV- Canción de cuna

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Narrado por Terry

Tres semanas después...

- ¿Pero qué fue lo que pasó Charles? - le pregunto mientras camino apresurado y me voy quitando la utilería de Romeo.

- No sé Señor, se sintió mal y la traje al camerino - entro como alma que lleva el diablo.

- Mi amor ¿Qué te pasa? - ella está llorando sentada en el sillón - Mírame por favor ¿te duele algo? - ella niega con la cabeza, respiro para tranquilizarme - entonces ¿qué te pasa? - alza la mirada y veo sus ojos afligidos, me pongo a su lado y la abrazo.

- Es que estoy muy triste y enojada - hago un recuento mental de las cosas que hice últimamente y no recuerdo nada que la pudiera poner así, solo han sido las mismas bromas sexuales de siempre, unas nalgadas y varias insinuaciones fuera de tono, pero nada que ella ya no esté acostumbrada. A menos que se me haya pasado alguna fecha especial, entrecierro los ojos, pienso y nada... mañana es mi cumpleaños, si hubiera algo importante un día antes, debería recordarlo.

- Me rindo Pecas, no sé porqué lloras... - me siento tan inútil en su llanto que me dedico a abrazarla. Ella hipa y le paso un pañuelo para que se limpie.

- Gra...cias- me dice con voz entrecortada, me mira a los ojos- es que estoy muy celosa - me susurra apenas audiblemente.

- ¿¿ Celosa de qué?? - ahora sí estoy más confundido que nunca, hace un tiempo que las flores se reparten entre todos los camerinos y Charles solo me pasa las notas con información importante, eso tampoco puede ser, ella vuelve a respirar profundo.

- No quiero que beses a otra mujer ¡ni actuando! - me reclama, abro los ojos sorprendido, con que eso era, nunca lo hemos hablado porque para mi un beso actuado significa exactamente lo que es. Absolutamente nada. Así que supuse que ella lo entendía, pero lo que no entiendo realmente es ¿porqué llora hasta ahora? Ha visto tantas veces la obra que ya perdimos la cuenta.

- Mi amor no beso a otra mujer, lo que hacemos en el escenario ni siquiera se parece a un beso - ella me mira examinándome - nuestros labios nunca se rozan, es un truco actoral - ella niega aún incrédula.

- No te creo, se ve real - comienza a  llorar de nuevo, ahora con más fuerza, en cualquier momento todos tocarán a la puerta y seré considerado un marido maltratador.

- Amigaaaaaa ¿qué te pasa? - es Karen con su oído superdotado que ya escuchó a mi Pecosa. Entra al camerino, se agacha frente a ella y la toma de las manos - ¿Qué le hiciste Graham? - me mira con ojos retadores. Niego con la cabeza, esto cada vez se está poniendo peor.

- Es que... es que... ¡no quiero que beses a mi esposo!- de la impresión Karen pierde el equilibrio y cae sentada en el suelo.

- ¡Amigaaaa eso que nos damos no es un beso!- si alguien no había escuchado a Candy, de seguro ya todo el teatro escuchó a Karen - Ven para acá Graham enseñémosle cómo es - esto ahora sí se fue al demonio.

- ¡Nooo! - ella grita y llora desconsoladamente. Levanto a Karen del suelo, Candy me mira consternada, así que por reacción suelto a Karen, que vuelve a caer al suelo.

- Lo siento - no sé qué hacer, le ofrezco el brazo viendo a mi Pecosa, pero Karen se apoya en el sillón y se levanta
- Es mejor que yo arregle esto, solo lo estamos empeorando - le digo a Karen entredientes, ella asiente asustada.

- Amiguita te quiero y recuerda que amo a tu papi, los besos que él me da me bastan y me sobran, no necesito los de Graham - la fulmino con la mirada, es como una bola de nieve que cada vez se hace más grande, le hago una seña para que salga rápido mientras Candy sigue hipando por el llanto.

El apartamentoWhere stories live. Discover now