LXI - Londres

4.5K 271 142
                                    

Narrado por Terry

Mañana llegaremos a Inglaterra, el viaje ha sido agotador, Therius y Richy son niños muy activos y mi madre y Candy han estado paranóicas pensando que pueden tener un accidente. Ellas se han encargado de cuidar a las gemelas, mientras yo persigo a los dos "mini yo" con ayuda de los guardaespaldas, y bajo las miradas lacivas de muchas mujeres; desde que soy papá las señoras y señoritas me acosan peor que nunca, mi teoría es que ya confirmaron que hago bebés lindos.

Los primeros días nos mantuvimos en el camarote pero fue mucho peor, definitivamente necesitaban correr y quemar su energía o todos íbamos a enloquecer. Fue mi grandiosa idea llevarlos a pasear por el barco, lo que no sabía es que tendría que sacarlos debajo de las mesas del restaurante, separarlos en sus peleas y evitar que se quebraran uno o varios huesos con sus juegos extremos. Ya solo falta un día para cumplir mi tarea y lograr que ambos lleguen a tierra inglesa sanos y salvos.

- Al fin se han dormido - Candy llega exhausta y se mete en la cama. Estoy cansado, pero nunca lo estaré tanto como para abstenerme de mi actividad favorita.

- ¿Cómo quieres que te haga el amor hoy, esposa mía? - le susurro en el oído, mientras la abrazo en posición de "cucharita". Tengo ganas de complacerla, estoy de buen humor por el regreso a Londres, ya han pasado varios años de mi partida y nunca me di cuenta de cuanto extrañaba mi país hasta que imaginé a toda mi familia siendo feliz ahí.

- Ya sabes cómo me gusta - me responde casi ronroneando mientras se enreda más a mi cuerpo desnudo. La acuesto de espaldas en la cama, le sonrío mirándola a los ojos y comienzo a subir su sensual camisón hasta dejarla desnuda.

- Sabes que es prohibido entrar a mi cama con ropa - ella me mira analizando mis palabras.

- Y tú sabes que Therius ya se está haciendo grande, no podremos estar durmiendo desnudos ¿te acuerdas lo que pasó en The Hamptons el último verano? -

- No vio nada ese día -

- Porque había una manta cerca, estaba oscuro y él aún estaba medio sonámbulo, o sino lo hubiéramos traumado  - el pequeño había entrado mientras Candy me cabalgaba, era uno de sus días con gritos extasiados, así que llegó preocupado preguntando si le estaba haciendo algo malo a su mamá.

- Bueno después lo discutiremos, ahora mismo estoy ocupado en otra cosa - masajeo sus fabulosos senos, aún amamanta a las gemelas y están llenos de leche, haciéndolos increíblemente sensuales y compactos, la beso en el cuello, tomo sus piernas y las levanto hasta colocarlas encima de mis hombros, la sigo subiendo hasta tener su entrepierna en mi boca, es una posición bastante gimnástica, hoy ando creativo.

- ¡¡Terry!!- ella grita cuando succiono su perla con intensidad.

- Shhhh, si sigues gritando llegará Therius a defenderte - le paso su respectiva almohada para que la muerda y grite todo lo que quiera - Será mejor que muerdas la almohada porque hoy te daré mucho placer - ella la toma riendo y se la pone sobre su rostro, aunque me encanta ver su cara cuando tiene orgasmos, hay que hacer pequeños sacrificios por los niños.

Lamo, succiono y froto su perla, de la manera exacta como le gusta, logrando que tenga una serie completa de intensos orgasmos. Cuando está chorreando de éxtasis y exigiendo que la penetre, la acomodo sobre la cama, me coloco entre sus piernas y empujo mi pene hasta adentro, se siente caliente y apretado cuando Candy comienza a contraerse absorbiéndome con intensidad, rápidamente sus movimientos se acoplan a los míos . Ya hemos hecho el amor unas miles de veces, así que nos conocemos mutuamente a la perfección, pero lo que lo hace realmente placentero es que ambos nos preocupamos de darle el máximo placer al otro.

El apartamentoWhere stories live. Discover now