XXXVII - Navidad junto a tí

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Narrado por Terry

Pasamos al estudio de la Señorita Pony y la hermana María.

- Hijos que felicidad que pudieran venir en Navidad- nos dice sinceramente.

- Sí a nosotros también nos alegra estar aquí-

- Sí Candy y más con tan buenas noticias -

- De eso precisamente quería hablarles, ustedes son las madres de Candy y yo quisiera pedirles formalmente su mano- les digo mientras ellas se llevan las manos al pecho y me miran con ternura.

- Muchas gracias Señor Grandchester por hacernos parte de su felicidad-

- Llámenme Terrence por favor -

- Terrence estamos muy felices que nuestra hija haya encontrado a un hombre bueno que la ame como usted lo hace -

- Gracias hermana, y yo estoy muy agradecido por la crianza llena de amor que la convirtieron en la preciosa criatura que es - le tomo la mano a Candy y la beso en el dorso, mirándola con adoración.

- Más que aceptada su petición Terrence, sabemos que nuestra Candy será muy feliz -

- Y muchas gracias por arreglar todo para poder ir a la boda, ahora que tenemos más personal en el Hogar, gracias a sus donaciones y a las de Albert- Terminamos una conversación muy amena y nos retiramos para instalarnos en nuestras habitaciones.

- Terry, ¿estás listo? - me llama desde la puerta.

- Yo siempre estoy listo - salgo y la miro sugestivamente.

- Terry compórtate - me susurra mientras abre los ojos como platos, yo me río - Recuerda que nada de coqueteos y mucho menos de enfrentamientos con Archie, ni siquiera indirectas -

- Está bien Pecas, pero si él inicia no prometo comportarme-

- De ninguna manera Terrence Grandchester, si te provoca, tú que eres más inteligente, te quedarás callado. Estamos en mi Hogar no permitiré que mis madres o los niños presencien un enfrentamiento entre salvajes - he quedado oficialmente castrado, solo me queda asentir y bajar las orejas, como un cachorrito regañado - Ahora ven y ayúdame a llevar a los niños al comedor - me habla autoritariamente, mi comentario la ha puesto de muy mal humor. Entramos por un pasillo que lleva a los dormitorios, abrimos una gran puerta, es un salón grande con muchas camitas.

- Muy bien chicos ¿Todos listos? Hagan una fila por orden de tamaño para ir a cenar- dice con voz segura, los niños obedecen rápidamente.

- ¡Jefe ya estamos listos!- grita uno de los niños.

- ¿Jefe?- le pregunto con una risita.

- Sí y tú también deberás llamarme jefe, si sigues comportándote como un niño - me mira seria, será mejor no responderle hasta que le pase su enojo. De repente algo se aferra a mis pantalones.

- ¿Tú eres el príncipe azul de Candy?- me pregunta una preciosa niña de unos cinco años con grandes ojos marrón almendrados. Me inclino a su nivel para hablarle.

- Sí hermosa y ella es mi princesa ¿Cómo te llamas?-

- Soy Lilly- me mira fijamente con una amplia sonrisa- ¿también podrías ser mi príncipe? Eres muy lindo - ella definitivamente se ha convertido en mi admiradora más joven.

- Tú también eres muy linda, pero eso deberías preguntárselo a mi princesa, no se vaya a enojar conmigo - más de lo que está, pienso.

- Candy ¿tu príncipe también puede ser mi príncipe? - ella sonríe y me mira tiernamente, al menos logró que olvidara su enfado.

El apartamentoWhere stories live. Discover now