XXVI - Kama Sutra

4.8K 284 163
                                    

Narrado por Candy

Me despierto temprano, aún estamos acurrucados de "cucharita", ya tengo que levantarme para estar lista a tiempo y recoger a Karen en su casa, pero se siente tan bien estar entre sus brazos que no quiero despertarlo y sé que lo haré con el mínimo movimiento, tiene un sueño muy ligero, nada parecido conmigo, que duermo como una piedra.

Siento su deliciosa erección matutina rozando mi trasero, parece que la naturaleza se ha vengado de mí, por mi tonto castigo de "no sexo" que no duró ni tres días.

Se hace tarde, así que me muevo un poco, él me aprieta más fuerte contra su cuerpo, estoy atrapada, deberé despertarlo. Le comienzo a acariciar los brazos y él gruñe metiendo su cara en mi cabello. Afloja el abrazo y me pone de espaldas en la cama.

- Buenos días - me dice sonriendo, sus labios carnosos me tientan, estoy hipnotizada admirándolos.

- Buenos días - él nota mi insistente mirada y me besa deliciosamente, después de varios besos, recuerdo que es tardísimo - ¡Uy es tarde! Debo alistarme para recoger a Karen- me levanto de la cama en un brinco.

- ¿Porqué tan temprano Pecas? Las tiendas abren en dos o tres horas-

- Iremos a desayunar y luego de compras, estaremos listas a la 1 p.m. así que podríamos ir a almorzar -

- De acuerdo, pasaré por ustedes-

- Dorothy ya está en el armario – corro para alistarme lo más rápido posible, Dorothy ya tiene todo preparado así que al poco tiempo salgo lista.

- Pecas, si quieres las voy a dejar-

- Gracias, pero no es necesario, puedo irme en el auto de los Ardley y Frank conducirá-

- Estás muy sospechosa Candy...- me mira entrecerrando los ojos.

- Es que en serio, no hace falta, si vas y regresas ya no te quedará tanto tiempo para supervisar la remodelación del cuarto, además Frank está desocupado -

- No me convences Pecas, pero pronto descubriré qué esconden- me mira tratando de ver algo raro en mí, sé que como actor conoce mucho de lenguaje corporal y lo peor es que yo no sé disimular absolutamente nada, aunque por suerte no he mentido, así que me comporto bastante segura. Quiero que todo sea una sorpresa para la noche de bodas así que entre menos sepa mejor.

Paso por Karen y llegamos al salón del hotel, en la entrada nos hacen firmar el acuerdo de confidencialidad, entramos al gran salón y hay muchas mujeres que se notan de alta sociedad.

- Amiga que bueno que todas firman ese acuerdo y que incumplirlo tiene consecuencias tan graves, porque hay mucha gente importante aquí- me dice Karen susurrando.

Vemos unas sillas desocupadas hasta adelante y claro que con la naturaleza de Karen quiere sentarse exactamente ahí, yo hubiera preferido más atrás, pero Karen ya comenzó su andar decidido, varias mujeres nos observan, últimamente estamos mucho en el periódico, ojalá que ese pedazo de papel sea suficiente para que no salga algo de esto publicado.

Nos sentamos, es un salón muy elegante y la decoración es oriental, de repente siento un indiscreto codazo de Karen.

- ¡Karen auch! ¿Qué pasa? - mueve los ojos señalándome la mujer que está a su lado. La miro de reojo ¡no puede ser! cierro los ojos deseando desaparecer.

- Cariño, que casualidad encontrarte aquí - es Eli y se comporta como si nos encontráramos en la cafetería. Esto realmente se pondrá incómodo.

- Sí, Karen me invitó - Karen me mira con ojos asombrados y yo le regreso una mirada de "auxilio", ella se ríe.

- Sí señora Baker, escuché hablar de este método tan efectivo y quise comprobar qué tan cierto es – parece que Karen me ha salvado un poco, aunque es cierto que ella me invitó, no quiero parecer una loca del sexo con mi suegra, aunque al parecer lo sea.

El apartamentoWhere stories live. Discover now