El apartamento

LI - Miel de Luna

Narrado por Candy

- Pecosa ¿estás lista para mi sorpresa? -  aún podemos ver los fuegos artificiales que le dan la bienvenida al año nuevo. Me vuelvo para abrazarlo por el cuello y lo beso succionando su labio inferior.

- Siempre lista - le susurro, él me alza en brazos y me lleva a la cama, me acomoda la cabeza suavemente sobre la almohada y saca la mordaza de mi maleta.

- Oye eso es mío - lo reto sonriendo.

- Sé buena y préstamela, me lo agradecerás al rato - me la coloca sobre los ojos y me quedo a oscuras, siento como se baja de la cama.

- ¿Para dónde vas?- no me responde y se sube otra vez a la cama.

- ¿Porqué tan ansiosa? - me pregunta en tono aterciopelado, huelo su aroma, es delicioso, son cítricos y lavanda más su olor a hombre, inhalo más fuerte disfrutándolo, de repente agarra mi muñeca, estira mi brazo y siento una banda de cuero que se ajusta y me aprisiona. Sonrío. Me agarra la otra mano y hace lo mismo. Me relajo esperando la mejor parte pero agarra mi pie y me amarra el tobillo, trago grueso, eso no me lo esperaba. Me agarra el otro pie y hace lo mismo, mis piernas quedan muy separadas.

- Terry... - cuando trato de cerrar las piernas, hay algo me se estira y hace que las abra más, gimo entre asustada y excitada.

- Ah sí, ese es un detalle importante, este juguete tiene una barra telescópica así que si intentas cerrar las piernas se abre más- Dios mío ¿dónde consiguió este juguete? ¿En las mazmorras de Inglaterra? - Hoy eres mi reina, disfrútalo- un escalofrío me atraviesa el cuerpo y exhalo el aire que no sabía que retenía. Vamos Candy relájate y disfruta, me doy ánimo.
Él se acuclilla entre mis piernas. Su mano toma mi pie y comienza a subir tocándome suavemente con la yema de sus dedos, los vellos de todo mi cuerpo se encrespan, llega a mi rodilla y sigue subiendo por mis piernas, cuando está cerca de mi zona de íntima, me contraigo por el anhelo, él se detiene, mi respiración ya es muy agitada - ¿Me deseas? - me pregunta con su voz seductora. Asiento. Estoy preparada para la acción, pero nada, la mano sigue subiendo por mis caderas, por mi vientre hasta que llega a mis senos, con sus habilidosos dedos toca mis pezones y los masajea, comienzo a gemir por las sensaciones, siento cuando su cabello toca mi abdomen y me besa el ombligo, luego su húmeda lengua sube pasando entre mis senos hasta llegar a mi cuello.

- Terry... ¿te estás... ven...gando?- este es el mismísimo karma trabajando en mi contra.

- Definitivamente - me dice muy cerca de mi boca - ¿Te gusta? - me chupa la oreja.

- Sí. Me gusta. Mucho- se acerca a mis labios y comienza a besarme intensamente, su lengua se adentra y recorre toda mi boca, quiero abrazarlo y rodear su cadera con mis piernas, quiero sentir su dureza y frotarme contra él. Pero no puedo. Estoy a su merced - Tócame. Abajo - le pido.

- Todo a su tiempo - me responde con voz ronca, siento su falo duro rozándome el muslo, no poder verlo, hace que mis sentidos se agudicen y mis reacciones sean más intensas. Él comienza a bajar con su lengua, besándome y lamiéndome, aveces suave y aveces intenso, rodea mi seno hasta llegar directamente a mi pezón, gimo fuerte e inhalo y exhalo rápidamente, lo lame y succiona con adoración, estoy muy encendida, necesito desesperadamente que toque mi femineidad o moriré.

- Por favor... tócame-

- Dime que me deseas-

- Te deseo. Mucho. Tócame - le exijo. Siento su lengua caliente bajar por mi abdomen, mi corazón late desbocado, su lengua sigue hacia el sur hasta que por fin llega a mi Monte Venus, gimo extasiada - Sí ahiiii- su boca experta lame mi perla con anhelo, mientras introduce dos de sus dedos, siento como el inminente clímax se acerca desde todos los puntos de mi cuerpo, mis gemidos se aceleran así como los movimientos de su lengua. Me arqueo hacia atrás y gimo desatada por el poderoso orgasmo, él me aprisiona y me absorbe completamente.