La Mujer Soldado Militar Con Obstinación Inquebrantable [1]

Capítulo 106: Usando Mi Capacidad Para Sellar Su Boca

Bajo la comprensión de Ye Jian, no había necesidad de preocuparse por nada más porque todo lo que tenía que hacer era seguir el régimen de entrenamiento que ya estaba planeado para ella.

Después de que le quitaron la pelota de las palmas, la repentina pérdida de peso hizo que sus brazos se sintieran incómodos.

Sin limpiarse las gotas de sudor, movió las muñecas y sonrió. "Si no fuera por tu recordatorio, es posible que no me hubiera dado cuenta de que ya habían pasado los 30 minutos".

Estaba segura de que podría haber aguantado aún más... y entonces sintió una especie de vacío dentro de ella por un breve momento.

"Ya eres lo suficientemente buena. Apresurarse para mejorar aún más no es efectivo". El director Chen sacó una botella de aceite medicinal y se echó un poco en las manos. "Extiende tus brazos. Ser capaz de mantener la posición durante media hora en tu primer intento ya se considera bastante bueno".

Tener que soportar el peso, aunque sus muñecas podrían verse bien ahora, seguramente habría repercusiones más adelante. Usar el aceite medicinal ayudaría a la circulación sanguínea alrededor de la muñeca y ayudaría a reducir las repercusiones.

"Una vez que hayas terminado con tus exámenes el sábado, te acompañaré al pueblo. Tú, ah, debes aprender diligentemente del anciano."

"Una vez fue sargento jefe de primera clase, por lo que las habilidades de ese anciano no son algo que puedas terminar por completo en esta vida". Después de la capacitación, el director Chen fue como un padre al enseñar: "Sus habilidades pueden ser útiles y te beneficiarán en la vida".

"Soportar los 5 kg durante 3 meses. Después de 3 meses, agregaré más peso hasta que ambas manos puedan soportar 10 kg. Entonces este ejercicio de entrenamiento terminará."

Una vez que Ye Jian sea capaz de sostener un arma de fuego de 10 kg, maniobrarla sin dificultad y acostarse para apuntar, se la consideraría una con la reacción de un francotirador.

Ye Jian siempre había trabajado duro con los dientes apretados. Al escuchar eso, sonrió y preguntó: "10 kg es solo un hito. Si es posible, ¿puedo continuar aumentando el peso más después?"

El aceite medicinal se suministró especialmente para las tropas. Fue efectivo ya que frotarlo haría que la piel se calentara.

"Mientras puedas seguir adelante, hazlo". El director Chen parecía haber vaciado la mitad del contenido de la botella pequeña y dejó de frotar las muñecas de Ye Jian cuando se pusieron rojas. "Me temo que estas dos manos pueden convertirse en una desventaja para ti en el examen de mañana".

Al día siguiente, cuando Ye Jian se levantó, ambas manos tenían dificultad para sostener un vaso de agua. Solo entonces Ye Jian entendió a qué se refería el director Chen cuando dijo que ella podría estar en desventaja.

Colocando sus manos sobre una toalla tibia, roció un poco de medicamento para aliviar el dolor muscular. Solo entonces sus músculos se sintieron más relajados.

"¿No dormiste bien ayer?" Cuando An Jiaxin llegó al salón de clases, fue directamente hacia Ye Jian, cuyo rostro estaba pálido. "¿Por qué te ves tan sin espíritu?"

Eso no fue por el sueño, sino por el dolor en sus brazos.

Ye Jian apoyó los brazos sobre la mesa y dijo: "Ven, presiónalos por mí... Puedo sentir el dolor hasta los huesos". No había ninguna lesión visible, pero sentía dolor en el músculo y los ligamentos.

Si no fuera por el aceite medicinal de ayer por la noche, predijo que tal vez ni siquiera podría levantar los brazos hoy.

"Eso me asustó, pensé que podría ser por el examen inglés de ayer". An Jiaxin inmediatamente fue a ayudar a frotar antes de preguntar suavemente: "Entonces, ¿cómo te fue con el examen de ayer?"

Sintiéndose cómoda, las comisuras de los labios de Ye Jian se elevaron y ella le sonrió. "¿Cuándo te he decepcionado? Solo esperalo. Definitivamente te llevarás una sorpresa".

"¡Dios mío!" An Jiaxin casi saltó del asiento. "¡Seguro que eres capaz, ah! ¿Estás planeando hacer un jonrón?"

Ye Jian levantó las cejas y respondió amablemente: "¿Por qué no? Aunque me importan un comino esos rumores sin fundamento, siempre están esos molestos mosquitos zumbando todo el día. Para sellar sus bocas, usaré mi capacidad para hacerlo".