Las Arenas del Desierto

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—El rey ha muerto —dijo Sir Charles con gran pésame en los ojos, en sus manos todavía sujetaba la carta que uno de los espías de Lord Mikar le entregó en un callejón. Ésta vez no hubo ningún problema o rompecabezas por resolver solamente palabras escritas en tinta negra—. La Torre Central ardió en llamas con el rey dentro, el príncipe Brandon ha tomado la corona.

Gemma chasqueó la lengua en resignación.

—Como si no tuviéramos más problemas de los que ya tenemos—dijo la pelirroja antes de sorber un trago profundo de cerveza.

—El rey ha muerto—respondió Jerome, sarcásticamente, alzando el cuerno de cerveza como si hiciera un brindis—, viva el rey.

—Los Gardener—dijo Gemma—. Ellos debieron planear todo para apoderarse del trono y colocar a Lady Alicent como reina y al príncipe Brandon como su rey marioneta. ¡Ellos están detrás de todo esto! ¡Ellos secuestraron a Luna y asesinaron a nuestro rey!

—No te precipites —Jerome le dijo, palmeándole el hombro—. Y por favor no hagas tanto escándalo, todos se nos quedan viendo. Si los Gardener hubieran querido poner a Brandon en el trono habrían asesinado a la princesa y no venderla como esclava.

El viejo caballero asintió en aprobación.

—Jerome tiene razón, Gemma. Haznos el favor de sentarte, solamente llamas atención innecesaria—Gemma acató la orden de su padre adoptivo y se sentó como si la hubieran regañado—. Descarto la idea de que los Gardener tuvieron alguna vinculación con la princesa pero tal vez tomaron oportunidad y se deshicieron de Su Majestad. Lord Jericor y sobretodo su hermano Sir Casper siempre han sido ambiciosos a más no poder, si los hijos de Lord Jericor hubieran sobrevivido no duden que los habría ofrecido en matrimonio con alguna de las princesas.

 «Esto no tiene buena pinta, un problema sigue después de otro».

—Cuando regresemos con la princesa tendremos una enorme crisis de sucesión, los Gardener y Brandon no dejarán ir el trono porque sí.

—Y no dudes que si es así los Silverwing coronen a Sander como rey, todo el reino sabe la historia detrás del príncipe Brandon—agregó Gemma—. Muchos lo consideran un bastardo dentro y fuera de la corte así que no es descabellado pensar en una guerra de sucesión con tres partes. Luna es la heredera legítima al trono de Castelia pero parece que todos lo han olvidado. 

—Creen que está muerta—dijo Sir Charles con tristeza—, y eso no es nuestro único problema. Lord Mikar tuvo la «amabilidad» de informarnos que el príncipe Elys sufrió un atentado contra su vida durante el banquete de bienvenida, cuando la rescatemos no podremos refugiarnos en Leras hasta que sepamos como la situación política del reino se encuentra. 

—¿Cómo se encuentra el príncipe Elys?— preguntó Gemma con preocupación, Jerome igual estaba preocupado por él pero debía mantener su mente concentrada en Luna, luego podría dedicar su preocupación en el mellizo de su princesita.

—Está vivo, es lo único que sé. La carta no decía más—le dijo el viejo caballero.

Jerome terminó el último sorbo de su cerveza y asentó con fuerza el cuerno en la mesa.

—Primero rescataremos a la princesa Luna ya después nos preocuparemos del resto.

Pagaron por sus bebidas y se dirigieron a la posada donde se hospedaban. Charles se disculpó y se separó de ellos para buscar algún medio de transporte que los pudiera llevar a las ruinas a dos días de viaje de la ciudad Vares, lugar donde se llevaría a cabo el intercambio. El recorrido lo hicieron a pie mientras paraban ocasionalmente para hacer un par de compras menores como ropajes y alimentos para la travesía en el desierto. Sir Jerome Whitetower y Sir Gemma ci Fleur se subieron la capucha para cubrirse el rostro, no convenía llamar mucho la atención y sus pieles blancas eran toda una peculiaridad en la antigua, orgullosa y decadente ciudad de Vares. 

(GANADOR WATTYS 2018) Crónicas de la Torre y la Luna: El DecimoterceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora