Tocando las Puertas del Cielo

502 47 134
                                    

«El presente existe porque yo estoy aquí», fue una frase que escuché en mi niñez. Han pasado tantos años que he olvidado la situación y quién me lo dijo... pero si yo no lo recuerdo. ¿Cómo puedo asegurar que en realidad sucedió? El presente y el futuro son un hecho innegable, ¿pero qué hay del pasado? Si de un día para otro todos te olvidaran, ¿significa que dejaste de existir? 

Esas eran las preguntas que me hice durante los largos días de verano y las largas noches de invierno de mi ya lejana juventud. Un divino tesoro, que recuerdo con gran añoranza y deseo pero con cada pasar de las estaciones los recuerdos eran cada vez más nebulosos hasta desaparecer por completo. ¿Eso significa que nunca sucedieron? 

Los humanos siempre han perdido su invaluable tiempo en aquellas preguntas tan tontas y por desgracia yo fui uno de ellos. Perdí tanto y gané tan poco que al momento de mi muerte no pensé más sino en las cosas que no logré hacer, en las cosas pendientes. Los humanos suelen decir, a menudo, cosas como: «Moriría por esto o por aquello». ¿Pero estarían dispuestos a hacerlo? La respuesta corta es un rotundo no, los humanos son seres muy independentistas para sacrificarse por una sola cosa. Aunque algunos, si la razón es suficiente, deciden hacerlo. Confunden sus propios deseos con la realidad que con frecuencia los lleva al camino equivocado, tales deseos son una maldición... Y por desgracia yo recibí varias maldiciones a lo largo de mi vida. Una vida llena de alegrías y sufrimientos, de amores y odios. En fin, una vida ambivalente en todos los sentidos.

Ambivalencia es una palabra curiosa, en primer lugar puede referirse a un estado de ánimo con dos emociones o sentimientos opuestos pero igual a la posibilidad de que algo tengas dos valores distintos o pueda interpretarse de manera distintas. Muchas de las acciones humanas pueden considerarse ambivalentes en más de una manera en especial un término bastante peculiar: «La Justicia». ¿Pero qué es? 

Algunos lo describirían como el principio moral que lleva a cada uno lo que le corresponde. Una definición preciosa y romántica en más de un aspecto, ¿pero realmente existe en este mundo? Quizás, sería la respuesta más acertada. Hay muchas cosas ambivalente en este mundo como «Lo Correcto», eso varía de acuerdo a cada lugar, costumbres, culturas e individuo. 

¿Cuántas atrocidades los humanos no habrán llevado a cabo a causa de dos pequeños conceptos? ¿Acaso no es horrible un mundo donde todos pelean entre sí? Un mundo donde hermano mata a hermano y un hijo a su padre; un mundo donde las guerras parecen no tener fin. Un mundo donde sólo existe el dolor, el sufrimiento y la desesperación, un mundo en el cual no he perdido todas las esperanzas. Yo no puedo perdonar a los dioses que crearían un mundo como ese... pero aquí estoy, con las manos encadenadas al destino... di mi vida por lo que yo creía que era la justicia y lo que era lo correcto. Mi cuerpo hecho cenizas y mi alma algo menos que un simple espíritu pero sigo aquí. Y tú igual.

Oh... en este mundo tan complicado y ambivalente el bien y el mal casi pierden su significado. Ojalá esta historia fuera de eso pero no es así, esta es una historia de seres humanos y las cosas con ellos nunca serán sencillas.

Dime, ¿si te dijera que puedo romper las cadenas del destino y salvar la humanidad, me jurarías lealtad eterna?

Al final soy un títere más, atada y sin voluntad propia. ¿Acaso él no puede dejarme tranquilo de una vez por todas? ¿Acaso no tienes suficiente con la horrible maldición que me has impuesto Ahora, es mi turno... Las voces resuenan y resuenan constantemente, que a veces es difícil discernirlas... diferenciarlas pero otras son claras como el agua.

—Su Majestad —dijo Sir Jerome Whitetower, cubriendo a la princesa Luna con una capa gruesa—. Está a salvo a ahora —La princesa no paraba de sollozar de forma histérica, a veces era molesta pero no se podía enojar con ella. 

(GANADOR WATTYS 2018) Crónicas de la Torre y la Luna: El DecimoterceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora