ALFA KING

CAPÍTULO 14.-segundo fragmento

✽✿✽

Bajaba del avión cansada, ¡14 horas en un avión! Al menos no fue tiempo muerto, me la pase dibujando y leyendo. Tenía mucha resistencia de venir a esta isla llena de lobos engreídos, pero ya estaba harta de escuchar a mi madrastra decir que todos los lobos de gran alcurnia debían venir a la escuela de esta isla. ¡Dios sabe cómo odio a esa mujer! Más allá de los lobos egocéntricos, estaba mi hermano Matthew, adoraba a mi hermano. A pesar que soy una "bastarda", como dice mi madrastra, él nunca me ha tratado con odio ni como un bicho raro, por ser criada hasta los 12 como humana. A él lo extrañaría mucho, pero me sentí un poco abandonada por él desde que nació su pequeña hija, no lo culpo, además a su corta edad de 27 años pronto será elevado al cargo de "alfa" de la manada Claro azul.

A mi padre también lo extrañaría, a mi manera claro está. Desde que me mudé con él, mi vida cambió demasiado, un día era una niña normal, al otro era la hija de un hombre lobo, alfa de unas de las 10 manadas principales. Mi padre rechazó a mi madre después que mi abuelo decidiera que debía casarse con una loba con más categoría. Mi madre después de ser rechazada se fue de la manada, claro que sin decirle a mi papá que estaba embarazada. Después de un accidente automovilístico cuando yo tenía 12 mi mamá murió. El abogado de mi mamá le informo de mi existencia a mi papá y bueno, por eso me mudé con él.

—Bienvenida, señorita Green —me saludo el señor que tenía mi nombre en un papel.

—¿Es usted quien me llevará a mi casa? —dije sonriéndole.

—Sí, será llevada a la vivienda que pertenece a la manada Claro azul —dice agarrando mi maleta—. Acompáñame por favor.

Lo seguí hasta afuera del aeropuerto, me indicó que subiera a la limusina que nos esperaba afuera. Al comienzo, cuando recién me fui a vivir con mi papá, me asombraba tener empleados, tener muchos privilegios y dinero, pero con el tiempo una se acostumbra.

—Hace dos horas que te llamo, ¡mujer, ¿por qué no contestas?! —dice mi hermano por mi teléfono, apenas lo prendí entró su llamada.

—Recién bajo del avión Matthew —dije riéndome—. No me dejas ni respirar.

—¿Tu vuelo no fue de 12 horas?

—¡No!

—Okey, lo siento, pero es que ¡te extraño tanto!

—Me fui ayer.

—Yo no fui a esa estúpida escuela, mi papá tampoco, no sé porque a ti te obligaron. —Quería decirle que fue culpa de su mamá, pero no sería culpable de otra discusión entre ellos.

—Ya es mi último año, no te preocupes, dentro de unos meses estaré de regreso —intenté calmarlo.

—Cuando yo me vuelva alfa estarás a mi lado y nadie podrá cambiarlo.

—¿Cómo está mi pequeña sobrina? —intenté cambiar de tema.

—La pequeña Elizabeth está de maravilla. ¡Mañana cumple 4 meses! —grita emocionado.

—¡Y tú 27, que viejo estas! —dije riéndome.

—¿Disculpa? Yo que recuerde solo nos llevamos 9 años —dijo indignado.

—Es muy lindo que tu pequeña naciera el mismo día que tú.

—Es el mejor regalo de cumpleaños. ¿Ya llegaste a nuestra casa?

—Nope, estoy en camino.

—Estamos a punto de llegar, señorita —dijo el chofer.

—Ya voy a llegar, Matthew.

—Entonces te dejo, más tarde te llamo. Ah, por cierto, ¡nada de noviecitos!

—¡Ya tengo 18!

—¿Y? Pobre de ti, Ruu, que me entere de algo, te regresas de inmediato.

—No sé cuántas veces tengo que decirte que mi nombre es Ruth no "Ruu".

—Eres mi pequeña Ruu y punto.

—Eres insufrible —dije harta.

—Igual me amas, lo sé —dijo gracioso—. Te llamo más tarde.

—Okey. Adiós, odioso.

—Adiós, hermanita —me colgó.

Mi hermano siempre ha sido muy cariñoso, pero sobre todo muy sobreprotector según mi papá eso es algo de familia, los Green se caracterizaban por ser muy sobreprotectores y celosos, especialmente cuando se trata de una hermana menor. Según mi papá a él y a su hermano casi les da un ataque cuando su hermana, María, se iba a casar con el beta del Rey, ellos no concebían la idea que su hermana se iría de su lado, mi pobre tío Fernando (al cual conocería ahora) tuvo que sufrir mucho para que lo aceptaran. ¡Ahora yo conocería también a mi primo Matt! Mi hermano siempre me ha contado que es un chico muy alegre, hoy mismo lo iría a visitar.

—Disculpe, ¿usted conoce la casa de mi primo? —le pregunté al chofer.

—¿Matt Hutton, el beta del príncipe?

—Ese mismo.

—Por supuesto, él fue quien me asignó como su chofer y criado.

—Cuando termine de instalarme, ¿sería tan amable de llevarme?

—Por supuesto, señorita Green.

—¿Cuál es su nombre?

—Álvaro, señorita.

—Muy bien, Álvaro, un gusto de conocerte.

—Igualmente.

Cuando Álvaro detuvo el auto, salí de él encontrándome con una mansión con lindo jardín, no esperaba menos de la vivienda de la manada Claro azul. Varias criadas me esperaban y me ayudaron a instalarme. Me bañe y me cambie, después de desempacar, me fui con Álvaro, mi chofer, a la casa de mi primo Matt. Lo dude por un momento porque ya son las 8 de la noche, pero como es joven no creo que ya esté durmiendo.

Cuando llegamos un auto se estaciono detrás de nosotros, de él bajaron dos chicos.

—Disculpa, ¿buscas a alguien? —me preguntó un chico muy alto, rubio y con rulos justo como me describió Matthew.

—¿Matt? —dije.

—Sí, soy yo. ¿Tú eres...? —me dio sonriéndome coquetamente. ¡Por Dios que guapo es mi primo!

—Soy Ruth , Ruth Green soy tu ...—dije estirando mi mano.

—Oh por la diosa luna, ¡qué grande estás Ruth! —dijo ignorando mi mano y abrazándome—. Tu hermano me mando una foto de ti cuando tenías 12 años.

—Dime que no estaba vestida de princesa —dije avergonzada.

—Sí, justo esa foto —dijo riendo. El otro chico que bajó del auto con él tosió.

—Ah sí, te presento a Dylan. Él es un amigo que vive conmigo y que asiste a la misma escuela a la cual tú asistirás —dijo señalándolo.

—Hola, Ruth. Algo me dice que seremos muy amigos —dice muy amigable. ¡Este también es muy lindo!

—Hola. —A él también lo abrace—. Menos mal que conoceré a alguien, tenía miedo de ser la nueva sin amigos.

—Eres muy bonita como para no ser amigos —me respondió Dylan.

Bueno, creo que me enamoré.