CAPÍTULO 4.-primer fragmento

47.6K 3.5K 336
                                    


Los aullidos de Alan y Lucy hicieron que todos se levantaran y aplaudieran. Se habían ido los dos solos hacia el bosque para la primera transformación de Lucy. Todos reían y festejaban, varios líderes de grandes manadas más cercanos a la familia real también se encontraban ahí.

Jaime observaba a todos desde su mesa con una copa de champán en su mano. Los estudiaba con la mirada trazando en su mente las intenciones de cada persona en esa noche. Buscando alguna mirada peligrosa, alguna señal de nerviosismo o una señal que active su desconfianza. Su celular vibró en su bolsillo, al leer el mensaje él se levantó de su mesa con las mejores de sus sonrisas y salió de ese lugar inadvertido.

Se subió a su auto y le pidió al chofer que arrancará; mientras se alejaba del lugar escuchaba los fuegos artificiales que inundaban el cielo para anunciar la transformación de la Princesa Lucy. Los recuerdos asaltan su mente, los momentos de su despreocupada juventud se reviven en él por un momento corto, cuando amaba ver los fuegos artificiales y pasaba buen rato como los demás. Pero ahora eso ya no importaba, él no podía perder el tiempo en cosas absurdas. Él debía estar enfocado en su deber de proteger el reino, proteger la corona y todos los involucrados en ella; así como su padre le había enseñado.

El deber es primero.

Llegó a la mansión que la familia Green tenía en la isla. Entró en ella como si fuera el dueño de esta. Fue a la habitación de la persona que fue a ver ahí y respiro profundo. Intento poner un gesto dulce en su rostro para intentar dar confianza, una de sus tantas caras que ocultaban quien era en realidad.

Toco la puerta y esperó un momento.

—Puede pasar—escuchó al otro lado de la puerta.

—Hola—saludo el—. ¿Cómo te encuentras?—se acercó a ella cautelosamente—. ¿Cómo estuvo tu viaje?

—Bien... hola—vio a Ruth que lo veía con sorpresa y decepción.

Seguramente esperaba a Alex, pensó él.

—Nadie sabe que llegabas hoy, solo yo—le sonrió falsamente—. No era un buen momento para avisar tu llegada.

—¿Hoy era el cumpleaños de Lucy cierto?—ella sonrió amargamente—. Seguramente si sabían mi llegada, seguramente les arruinaba la velada.

—Estás en lo correcto—respondió cerca de ella—. No creo que sea buena idea arruinar la fiesta de la esposa de Alan, no en tu posición.

Ella lo miró extrañada.

—¿Por qué estoy aquí?— fue directa— ¿Para que me encarcelen? ¿Para ser humillada?

—Estás aquí porque es lo que yo lo decidí—ella lo miró escéptica—. Veras, manipule a Alex para que haga lo que sea para que estés aquí con él, porque era necesario.

—¿Qué? —ella se alejó un poco de él—¿Por qué?

Jaime ya no se veía amigable.

—Alex morirá si no estás con él.

Ella soltó una carcajada y él la miró sin dar ningún gesto.

—¿Se muere sin mí?—dice ella.

—Se morirá si tú no estás aquí en el nacimiento de tu hijo— los ojos de Jaime se tornaron muy oscuros y a Ruth le dio un poco de miedo.

—¿Sentimientos de padre?—ella toca su vientre nerviosa—. El pudo ir a donde yo estaba.

—Sí, pero donde tú estabas yo no podía conversar contigo.

—¿Qué quieres de mi Jaime?

—Qué rechaces a Alex—dijo Jaime como si nada, ella se sintió indignada.

—No era necesario que te mande a ti como un maldito mensajero para que me diga que me quiere rechazar, ¡Lo haré apenas me restablezca del parto!

—Pobre y tonta Ruth— Jaime se acercó a ella nuevamente—. ¿Enserio crees que seguirás viva después del parto?

Ella empezó a temblar.

—Mira pequeña, tú sabes que Alex nació de un demonio ¿cierto? —Jaime empezó a hablar con ternura, pero eso hizo que ella se asustara más— Aunque Alex no sea mitad demonio como Alan, él lleva el gen demoníaco en su sangre.

—No...—los ojos de Ruth se llenaron de lágrimas, se sentó al pie de su cama—. No puede ser cierto...

—Si lo es— Jaime le acarició la cabeza—. Estoy muy seguro de que tu hijo nacerá mitad demonio igual que su tío y tú morirás en el parto... lo siento

—Que sera de mi bebe— ella toca su gran vientre desconsolada—. Se quedará huérfano.

—Solo de madre—le explica Jaime —. Si rechazas a Alex justo un momento antes del parto, él vivirá para criar a tu hijo, te doy mi palabra de que siempre estaré al pendiente de los dos.

—¡No!—ella se levantó de la cama y se alejó de Jaime—. No quiero que Alex y ninguno de ustedes crié a mi hijo, si él muere puede que le den el bebe a mi hermano.

—Que ingenua eres, para ser una bazofia de persona eres muy estúpida— Jaime se burló de ella—. Alan se hará cargo del bebe sin dudarlo en ningún momento, ¿Qué crees que es peor? ¿Alan o Alex como figura paterna?

Ella se recostó inconsolable, ella moriría y no podría cuidar a su hijo ¿Qué será de él?, Jaime la miraba impaciente y con asco. No le deseaba la muerte a nadie, pero era consciente de que el mundo estaría mejor sin personas como ella en él. Pero no dejaba de pensar en el pesar de Alex llegando la muerte de Ruth, la pérdida de una mate era un dolor demasiado grande para explicarlo y deseaba de todo corazón que Alex fuera lo suficiente fuerte para afrontarlo.

Ella dejó de llorar después de unos minutos y se levantó del piso, miró a Jaime y se acercó a él de manera decidida. En sus ojos no había más miedo, ahora había odio y rencor.

—¿Nadie sabe más de esto?—le pregunto.

—No, solo tú y yo.

—Bien—dijo ella—. Te propongo algo, yo rechazaré a Alex para que viva, pero bajo una condición.

—¿Qué deseas?—preguntó curioso

—La mate de mi hermano que infértil después de dar a luz a su pequeña hija—explicaba ella—. Fue un embarazo muy difícil, el punto es que las reglas de "claro azul" son claras, ninguna mujer puede heredar el puesto de alfa.

—Eres la maldita hija de tu padre—le dijo Jaime con desprecio—. Siempre en busca del poder.

—Quiero que te encargues de que mi hijo sea el futuro alfa—dice ella sin inmutarse—.No es muy difícil, además, él sería el sucesor si nadie se entromete.

—Está bien —dijo Jaime – me encargare de que tu hijo sea el futuro alfa de "claro azul".

Le dio su mano para cerrar su promesa.

—¿Lo juras?—preguntó ella.

—Lo juro— le respondió.

Ella estrechó su mano para después con fuerza atraer a Jaime hacia ella, lo sujetó del rostro y lo beso. Jaime no reaccionó en los primeros segundos después intentó zafarse de ella, pero ella mordió sus labios para que le fuera más difícil. Después de un forcejeo, la apartó violentamente de su lado.

—¡¿Cuál es tu maldito problema?! —dijo él perdiendo la compostura y viendo la sangre en sus manos después de tocar sus labios.

—Era la última oportunidad de vengarme—dijo ella riéndose—. Hace unas semanas sentí un dolor inmenso, sé que Alex ha estado con otra mujer así que necesitaba vengarme.

Jaime la empujo sacándola de su camino, salió rápido de esa casa antes de que su enojo le hiciera cometer una imprudencia. Subió a su auto y le pidió a su chofer que lo llevara a su casa rápidamente.

Mi primer beso, pensó tapándose los labios con un pañuelo , intentando no manchar más de sangre , y me lo dio esa maldita loca ¡Que asco!

ALFA KINGWhere stories live. Discover now