CAPÍTULO 23.-segundo fragmento

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—Eres una especie de doctor strange.

—¿Puedes dejar de decir estupideces Alex?—Alan estaba muy irritado de la emoción de su hermano al saber que se había teletransportado el día anterior.

—Hawái— dice José pateando una piedra del camino.

—¿Hawái?—le repite Jeremy.

—Es a donde voy a ir cuando termine esta estupidez—le contesta José.

Jeremy imagino estar acostado mirando el lindo mar de Hawái tomando sol, pero después apareció Elizabeth sonriendo hipócritamente a su costado, recordando que, aunque la guerra termine el ya no podrá ser libre.

—Yo quiero encerrarme en mi habitación toda una semana intentando terminar mi lista de lectura de este año—dijo Jaime.

—Que aburrido eres—se burló Matt.

—Si quieres te puedo hacer compañía, yo también tengo una lista grande de lectura—le dijo Dylan.

—Tú también eres muy aburrido—le dijo Matt.

—Pueden callarse, me ponen los nervios de punta—dijo Oliver.

Los ocho chicos iban de camino al lugar que encontraron Dylan y Alan, unos metros atrás de ellos se encontraban cientos de hombre lobos listo para la lucha y ellos los lideraban.

—Mira Dylan ¿esas no son las montañas? —preguntó Oliver.

—Apesta—se quejó Jeremy tapándose la cara junto a José—¿Qué es ese nauseabundo olor?

—Vampiros—le contestó Alan—vayan acostumbrándose que este lugar está lleno de ellos.

—Alguien más siente como si los observan— Alex parecía asustado—. ¿Mejor esperamos a los demás?

—La puerta está más adelante Alan—Dylan miró a Alan sabiendo lo que pasaría, habían ocultado a los hombres lobos muertos amarrados al gran portón.

—Creo que deberían saberlo—contestó como si nada.

—¿Qué deberíamos saber?—preguntó muy alarmado Matt.

—Es mejor que los saquemos antes de que el gran grupo de atrás lo vean, se llenaran de ira y querrán atacar al instante—Alan siguió hablando ignorando totalmente a Matt.

—¡Pueden explicar qué pasa!—exigió Oliver.

—¿Te acuerdas del gran portón que contamos que vimos?—le explicaba Dylan.

—Sí— respondió Oliver.

—Hay tres malditos hombres lobo muertos, mutilados y amarrados en la puerta ¿no te parece una gran decoración?. Tengo que llamar al diseñador de exteriores para que decore mi casa—se mofo Alan.

Todos mudaron de color.

—Si el grupo grande los ve se creará una ira colectiva—dijo Oliver.

—¡Tenemos que sacarlos ya! —dijo Matt.

—Están más adelante—Alan señaló el camino.

Los chicos corrieron en busca de la puerta, menos Alan que sujeto a Dylan de la muñeca para que no los siguieran.

—¿Vas ayudarme o no?—preguntó Alan—mira que si no fuera necesario no pediría la ayuda de alguien como tu.

—¿Por qué me odias tanto?—le pregunto Dylan muy irritado—¿crees que pidiéndome así las cosas voy a querer ayudarte?

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora