ALFA KING

CAPÍTULO 17.- primer fragmento

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—Esto debe ser una broma—dijo Jaime.

—¿Encontraste algo?— solté el libro que tenía y me acerqué a él.

—En este relato explican que una vez eliminaron a un antediluviano con agua bendita—cambio de hoja.

—Soy yo o eso parece demasiado fácil.

—Pero no cualquier agua, tiene que ser del rió donde se bautizó Jesús— se acomodó los lentes.

—¡Me desespera cuando haces eso!—le quite los lentes.

—Si entiendes que estoy ciego—dijo serenamente.

—¿Sabes, otro hombre lobo me hubiera golpeado?,  ¿siempre eres tan civilizado? —empecé a jugar con sus lentes.

—Es auto control, ¿me puedes pasar mis lentes por favor?—tendió su mano, saqué un frasco con una poción y se la di.

—Estoy seguro que esto no es lo que te pedí— dijo gracioso.

—Eso curará tu vista.

—¿Esto no me causa nauseas verdad?. Porque te voy diciendo que Alan ya me hizo esa broma.

—¡Tómatela!

—Está bien, confió en ti.

Abrió el frasco y bebió todo el líquido, hizo un gesto de asco y después cerró los ojos.

—¿Se supone que me debe arder los ojos?—dijo frotándoselos.

—La verdad es que no lo sé, es la primera vez que preparo esta poción—me reí de él.

 ¡Se ve tan gracioso y preocupado!

—Ojalá no quede más ciego de lo que ya soy—empezó abrir lentamente los ojos.

Sus ojos abrieron totalmente como si estuviera asustado y empezó a dar vueltas mirando toda la biblioteca.

—De nada— le dije.

El volvió a fijar la vista en mí y empezó a acercarse

—Tienes muchas pecas —me miró detenidamente.

—¿Qué acaso no veías nada con los lentes o qué?—rompí sus lentes

—No mucho.

Mi celular sonó y conteste.

—Mi bebe— me dijo mi madre del otro lado de la línea.

—¡Mama! ¿ya llegaste? ¿estás bien? ¿Dónde estás?

—Estoy en la casa que te asignó la manada, ¡¿no se supone que tú vives aquí?! ¿Dónde estás? ¿Por qué tus cosas no están acá? —dijo muy preocupada.

—Mami tengo muchas cosas que contarte, ¿alguien de la familia del alfa están ahí contigo?

—No, ellos están en su mansión o bueno creo que en estos momentos van de camino al palacio del rey, ¡se supone que tu estas expulsado de la manada! El alfa me dijo que no salgas de la casa para que no te vea su madre.

—Mama no te muevas de ahí, iré ahora mismo—le colgué

—Debemos apurarnos, tenemos que ir al palacio cuando estén todos reunidos para hacer tu presentación como nuevo miembro de la escolta del príncipe—dijo Jaime recogiendo los libros.