CAPÍTULO 24.-tercer fragmento

38.7K 2.9K 535
                                    


—¿Cómo lograron cruzar la barrera mágica? —Oliver miraba a los tres individuos con desprecio—. Hablen de una buena vez.

—Nosotros no hablamos con perros —habló uno mirándolo sonriente—. Solo los matamos.

—Vamos Oliver —Alan estaba impaciente—. ¡Déjame jugar con ellos!

—Necesitamos saber para qué están aquí —hablo Oliver—, y tú los vas a matar antes de que hablen.

—¿Ustedes matarnos? —rió uno de los infiltrados—. ¿Saben que nos dejaron atrapar verdad?, estamos aquí porque queremos, intenten tocarnos y lo lamentaran.

Todos miraron con lástima a los tres vampiros, todos menos Alan que sonreía totalmente complacido.

—Puedes matar a uno—Oliver le hablo a Alan—. ¡Pero solo a uno!

Uno de los vampiros, el que más había hablado, se levanto rápidamente de su asiento rompiendo las cadenas que lo sujetaban.

—Vamos perro —hablo el vampiro—. Transfórmate para poder despedazarte.

Alan rió.

—Oh, yo no necesito transformarme —Alan sacó las manos de los bolsillos de su uniforme—. Yo no sé quién los mandó aquí, pero claramente no les explicaron que esto fue una misión suicida.

—¡Prepárate a morir!

El vampiro empezó a correr en dirección de Alan, pero quedó suspendido en el aire quedando totalmente sorprendido.

—Yo le llamo a esto —habló Alan para los demás—. El gran desmembramiento

Los brazos y piernas del vampiro se estiraron como si hubiera una cuerda, empezó a dar vueltas gritando y todos vieron como la piel se le empezaba a romper hasta que cada miembro iba saliendo cada uno, terminando por la cabeza. Cuando solo quedó el tronco del cuerpo, todo el vampiro despedazado cayó al suelo comenzando a ser consumido por el fuego.

—No podías prenderle solamente fuego —hablo Jaime mirándolo aburrido—. Tu tenias que hacer un espectáculo.

—Tengo estilo cuatro ojos.

Los vampiros restantes temblaban y miraban con terror a Alan, mientras su compañero era consumido por el fuego rápidamente por el fuego.

—Ahora ustedes eligen —hablo Oliver—. Hablan por las buenas o por las malas.

—Tu ...—uno de ellos miró a Alan—. Tu... ¡Tu eres hechicero!.

—Y todavía me insulta —bufo Alan.

—¿Perdón? —Dylan lo miró indignado—. El único con la suerte de ser hechicero soy yo, esa cosa horrorosa —señaló a Alan—es un asqueroso demonio.

—¡Un demonio! —gritaron los dos vampiros a la vez.

—Matt dile a tu mascota que cierre el pico —Alan miró a Matt.

—¡¿A quien le dices mascota?! —grito Dylan.

—¡Ya cállense los dos! —hablo Oliver algo avergonzado.

Estaban en una sala especial de interrogatorio, detrás de la pared se encontraban militares viendo y escuchando todo.

—Ahora díganme —habló nuevamente Oliver mirando a los vampiros seriamente—. ¿Cómo pasaron el escudo que rodea la isla?, ¿Porque tenían entre sus cosas un mapa de toda la isla?

—Nosotros no vinimos a atacar a ningún hombre Lobo —dijo uno de ellos—. Nos mandaron para llevarnos a uno de nosotros.

—¿Uno de ustedes? —Oliver se veía confundido—. Estoy seguro que nadie que ustedes conozcan está en la isla.

ALFA KINGWhere stories live. Discover now