CAPÍTULO 2.-tercer fragmento

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—¿Te han dicho que eres muy guapo?

Jeremy calma, no le arranques el pito.

José apoyaba sobre mi hombro con los ojos entrecerrados, por lo que acaba de decir sé que está muy borracho.

—Si no hubiera apostado contigo para que te tomes esa jarra de cerveza, te mato. —Quite mi hombro y él cayó sobre el asiento, busque con los ojos a Lauren, se había ido al baño hace como media hora y no volvía.

Me levanté del asiento y fui en su búsqueda, nos encontrábamos en una discoteca cerca de la universidad; decidimos salir a divertirnos para festejar nuestro primer mes de universitarios y lo estábamos pasando bien, pero yo ya me sentía cansado y José ya se pasó de ebrio así que creo que ya era hora de volver a casa.

Pase por toda la masa de jóvenes borrachos y de chicas casi desnudas, una inclusive se interpuso en mi camino y me empezó a bailar, según ella, de manera sexy.

¡Con ese vestido rojo y esos movimientos parecía una guacamaya borracha!

Se me apega y me lame la oreja, ¡qué asco!, se un suave empujón la apartó de mí y sigo mi camino hacia el baño de chicas, ese tipo de chicas me dan asco es como se llevarán un cartel que dijera "soy fácil".

Me golpeo mentalmente, tengo hermana y madre no debería referirme a las mujeres de esa manera.

—¡Al fin! — digo mirando la puerta del baño de chicas.

Pero... ¿Cómo saber si Lauren está adentro?

Mire a un par de chicas que disponían a entrar.

—Disculpen—me acerque a ellas con una gran sonrisa—. Estoy buscando a una chica que se llama Lauren que se supone que ha entrado al baño hace rato ¿podrían verificar si está adentro?

—Claro muñeco, pero si no está, si quieres podemos hacerte compañía—una me guiña el ojo y se van.

Después de unos minutos una de ellas sale.

—Tu amiga está llorando en el baño—me dice preocupada.

Entro al baño de chicas muy rápido, me vale madre que no pueda entrar aquí, también me vale madre todos los insultos de las chicas adentro del baño.

—¿Lauren?—grito.

—Aquí está—dice señalando un cubículo de baño, la otra chica que entró a buscarla.

—¿Lauren te encuentras bien?

—No— me dice llorosa como una niña—. Tuve un accidente.

—¿Tienes diarrea?—a mí me ha pasado varias veces.

—¡Peor!

Esperen, esperen, esto es un dejavu, yo ya he pasado por esto con Rosali.

—¿Qué usas?, ¿tampón, toallitas, copa?

—¿Cómo sabes de eso?—me pregunta una de las tantas chicas que están en el baño atentas a nuestra conversación.

—Tengo hermana.

Todas asienten y algunas me miran como gatitos.

—Qué lindo hermano—dice una.

—Es tan tierno—dice otra.

—¡Pero el problema ya pasó!—sigue lloriqueando Lauren.

—¿Te manchaste?—dice una chica.

ALFA KINGWhere stories live. Discover now