CAPÍTULO 35.-segundo fragmento

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—¡¿Se van a casar?! —Evangeline tenía un tic en el ojo—. ¡Ni siquiera han tenido una cita!

—Si —Crina sonrió con suficiencia—. Su padre y mi hermano ya se reunieron para presentarse formalmente, cuando terminemos la universidad Nick tomará su puesto como alfa —Crina restregaba su anillo en la cara de su amiga—. ¿Mi anillo no es hermoso?

—¿Hicieron la pedida de mano sin mí? —Evangeline los fulminó con la mirada.

—¿Pedida de mano? —Nick bufo—. Mi padre empezó a enseñarnos el anillo de mi madre y Crina se lo arrancó de sus manos, parecía el tipo de el señor de los anillos.

Crina lo golpeó.

—¡Igual iba a hacer mío!

—¡Que ya pueda regenerarme no significa que no me duela tus golpes!

—Pues ve acostumbrándote.

—¡Ya cállense! —Evangeline negó con la cabeza—. ¿Cuándo será la boda?

—Aún no tenemos fecha —Crina miró mal a Nick—. Él quiere que nos esperemos un par de años.

—Así tendrás más tiempo de organizarlo —le sonrió su mate—. Pero por favor, no contrates a Dylan como organizador.

Evangeline sintió como su celular empezó a vibrar, lo reviso rápidamente mientras Crina discutía con Nick de porque la boda iba a hacer en tanto tiempo, sintió un nudo en la garganta cuando vio que era mensaje de Jae, que le indicaba que iba a dejar la isla inmediatamente porque se estaba presentando problemas en su manada y necesitaban que él esté presente ahí, que si podía ir al aeropuerto a despedirse de él ya que no quería irse sin despedirse de ella.

—¿Por qué te has puesto así? —Nick la miró preocupado—. ¿Ha pasado algo?

Evangeline miro a Crina.

—Jae se va.




***




—No puedo creer lo que me dices —Nick manejaba como loco mientras Evangeline le contaba que había sucedido con Jae mientras Crina estaba internada—, y pensaba que mi vida era complicada.

Nick miraba nerviosamente a Crina que ya lloraba mirando por la ventana, también noto que se había quitado el anillo que con tanto recelo traía puesto desde que se lo había quitado a su padre, sabía que Crina no se iría de su lado, pero al ver este comportamiento le atormentaba la idea que, aunque Crina y Jae no fueran mates, se amen de verdad y que ella estuviera a su lado solo por obligación.

Cuando llegaron, Crina abrió la puerta del auto y salió corriendo al interior del aeropuerto buscándolo desesperadamente, Jae no podía irse sin que ella hablara con él.

El no podía irse sin que ella le pidiera perdón.

Lo pudo divisar algo lejos.

—¡Jae!

Ian miró a una chica que parecía loca, correr hacia ellos y llamar a Jae.

—¿la conoces? —la señalo.

—Por la diosa luna —Jae se quedó estático y su corazón se agito—. Crina.

Crina llegó a él, quedó frente a Jae agitada y llorosa, estaba temblando igual que él.

ALFA KINGWhere stories live. Discover now