CAPÍTULO 26.- primer fragmento

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—¿Sabes que eres una tonta? —Alex acariciaba su cabello mientras estaban recostados—. Sé que no es sano que te diga a quien ver y a quien no, pero no quiero que vuelvas a ver a esas personas, mi corazón no soportaría ver que te traten de ese modo otra vez.

—Yo no te merezco —Catrina hundió su rostro en su pecho—. Siento haber venido sin avisar.

—¡No me vuelvas a hacer algo así! —la apretó más cerca de él—. Casi me muero cuando Sulen dijo que te fuiste.

—No fue su culpa...

—Pobre Sulen —suspiro—. Seguro Alan ya lo quemo.

—¿No es gracioso? —Catrina alzó la mirada—. Que mi hermana y yo seamos pareja de hombres lobos.

—Se que me dijiste que tu hermana no era mala contigo —Alex le empezó a dibujar la silueta de su rostro con sus dedos—. Pero no me agrada, su mate estuvo torturando a José por meterse a la casa de tus padres.

—Pero lo que no entiendo —Catrina se arrodillo en la cama mirándolo curiosamente—. Mathew me dijo que al final no me equivoque, que los vampiros los querían atacar, ¿Sabes por qué?

Alex se sentó en la cama mirándola seriamente.

—Tengo que contarte que paso en la isla mientras tú y Lauren escapaban...




***




—Sé que estás furioso conmigo —Lauren miraba a Jaime escribiendo en su computador sin prestarle atención—. Perdóname por favor, pero no podía dejar que Catrina se fuera sola.

—Catrina pasaba por un momento de desesperación y lo mejor que podrías hacer es apoyarla a exponerse y exponerte a un gran peligro —Jaime habló de manera tranquila.

—¡Te llame varias veces!

—Por supuesto que yo era el único con teléfono —Jaime dejó de escribir y suspiro —. No estoy enojado contigo, estoy algo decepcionado porque te había subestimado pensando que serias alguien racional ante situaciones así, pudiste decirle la verdad a Sulen en el aeropuerto, pero preferiste apoyar a Catrina en su locura.

Lauren lo miró dolida, ni siquiera la había saludado o preguntado si se encontraba bien.

—Lo siento por no ser un témpano de hielo en situaciones así —habló furiosa—. No todos estamos desprovistos de emociones como tú.

Jaime se dignó a verla, dándole una de las miradas más indiferentes y frías que Lauren había visto en toda su vida, haciendo que se hunda su corazón.

—Bueno, si es todo lo que tienes que decir, ¿Puedes retirarte?, necesito mandar algunos mensajes y hacer llamadas —volvió a mirar el computador y empezó a escribir—. Mathew me dijo que ya había preparado una habitación para ti.

—No ... ¿No vamos a dormir en la misma habitación?

Jaime no le respondió y siguió trabajando como si no la hubiera escuchado.

Lauren salió molesta y fue a la habitación que ya Mathew le había indicado, pero que pensó que ya no ocuparía porque ella quería estar con Jaime. Le dolía el corazón, sabía que aquí ella no tenía la razón, que Jaime tenía todo el derecho de enojarse con ella, que cometió un error.

ALFA KINGWhere stories live. Discover now