CAPÍTULO 26.-tercer fragmento

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—No los encuentro —Matthew se veía totalmente agitado moviéndose de un lugar a otro—. Es como si todos los malditos vampiros se hubieran muerto.

—Oh tal vez —Jaime estaba parado a lado de la ventana del despacho de Matthew mirando el exterior por la ventana—. Todos se fueron a la vez.

—¿Tú crees...? —Matthew lo miró asustado—. ¿Qué tal vez estén reuniendo fuerzas para atacar el reino?

—Ya le dije a Oliver que es una posibilidad.

Jaime se dio vuelta para retirarse de la habitación, pero algo lo detuvo, una pequeña repisa con fotos de Matthew, algunas donde es mucho más joven a lado de alguien que se le hacía demasiado familiar.

—Es ella —habló Matthew, mientras Jaime se acercaba a tocar la foto—. Cuando éramos niños jugábamos juntos, nuestros padres eran amigos.

—Tu padre mató al suyo —dijo intentando disimular la rabia—, y tú eras 4 años mayor que ella.

—Mi padre no era un buen amigo —Matthew agacho la mirada—. ni yo lo fui para ella.

—Yo no la llegue a conocer muy bien —Jaime sujetaba el cuadro, donde una Dánae de no más de 10 años le sonreía—. ¿Cómo fue de niña?

—Muy traviesa —sonrió Matthew con tristeza—. Solía tirarme piedras con su resortera cuando hacía cosas que la hacían enojar.

—¿El cementerio donde está enterrada está cerca cierto? —preguntó Jaime—. No recuerdo muy bien, de hecho, no recuerdo el día de su entierro muy bien.

—Esta ha 20 minutos de camino en forma lobuna, está dentro del territorio de claro azul.

Puso el cuadro en su lugar, se despidió con un asentimiento de cabeza y salió de ahí.

El camino fue corto como lo había indicado Matthew, pero al contrario como el lo había recomendado, el decidió ir en forma humana ya que llevaba un gran ramo de rosas blancas e iba vestido con un traje negro presentar sus respetos, los cementerios eran algo curioso para Jaime, no entendía porque les daba miedo a las personas.

Por unos minutos pensó haberse perdido, pero pronto encontró la lápida de Dánae, no fue tan difícil reconocerla , tenía el símbolo de la hoz que ella solía usar. Se acercó y se arrodillo tocando su lápida.

Hasta que por fin te dignaste a venirme a ver idiota

Jaime levantó la cabeza viendo lo que él creía era otra de sus alucinaciones de Danae , pero sus alucinaciones suelen estar ensangrentadas y no hablaban, esta estaba vestida como la primera vez que la vio ,con su gran y frondosa cabellera azul.

¿Ves a tu ex mate muerta y no dices nada?, ¿Ni siquiera te asustas?, realmente eres frío hombre.

Danae se sentó sobre su lápida.

El empezó a enojarse.

Te ves más maduro, ¿Has estado bien?

—Tu debes saberlo —Jaime se levantó para mirarla, era la alucinación más real que había tenido—. Estas en mi mente.

La mujer que aparece en tus sueños no soy yo Jaime, es solo tu subconsciente intentando castigarte por algo de lo cual no eres culpable.

—Claro que soy culpable de tu muerte.

¡Por supuesto que no! —Danae bajo de su lápida— Jaime nadie fue culpable de mi muerte, y si alguien lo fuera, esa sería mía, yo sabía que era demasiado peligroso para ir. Aunque era una cazadora experimentada, un ejército de vampiros era demasiado para mí, tú me lo advertiste y yo no quise escuchar

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