ALFA KING

CAPÍTULO 15.-tercer fragmento

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Caminaba por el bosque con Ruth, nos dirigimos hacia el palacio para juntarnos con los demás. Después de explicarle (claro de una manera diferente) a Ruth sobre quiénes eran Jeremy y Rosali, ella parecía más tranquila.

—¿O sea que ellos tienen miedo de que los demás se enteren de que fueron criados con humanos?

—Sí, ellos fueron abandonados por sus padres biológicos en un orfanato y gracias a la diosa luna fueron adoptados juntos por una pareja humana —mentí fácilmente. Menos mal Alan es mitad demonio, así intervendrá por mí en el infierno, lugar al que iré por mentir tanto.

—Pobres, entonces por eso estaban tan a la defensiva conmigo. ¡Pero si yo también fui criada como humana hasta los 12, no tiene nada de malo!

—Sí, pero ellos no sabían eso. Ahora que lo saben están más aliviados. Tenían miedo que delataras que el nuevo miembro del escuadrón del príncipe fue criado por simples humanos.

—Que no se preocupen, no diré nada. Ahora, dime, ¿cómo la diosa luna permitió que alguien sea mate de tu hermano? —me preguntó muy graciosa.

—¡Oye! Él puede parecer malo, pero tiene un gran corazón —defendí a Alan.

—Sí, claro. Mira mi cara de que te creo —dijo muy sarcástica—. ¿Si te acuerdas de sus evidentes intenciones de matarme cuando te conocí?

—Alan siempre quiere matar a todos —dije restándole importancia.

—¿Por qué todos dicen eso? —me miró curiosa—. ¿Y quién es su mate?

—La princesa Lucy.

—¡¿Qué?! —gritó Ruth deteniéndose—. ¿Me estás diciendo que tu hermano se convertirá en príncipe cuando se case con ella?

—Sí, ¿verdad? No me había puesto a pensar en eso. —¿Mi hermano príncipe? Pobrecitos los criados del reino.

—Si eres consciente de que si le pasa algo al príncipe, antes de que tenga herederos (cosa muy posible porque aún no tiene mate), tu hermano sería quien tome su cargo. ¡Oh que Dios nos libre! —dijo muy dramática.

—Oye, no seas tan mala... —Me puse a pensar un poco—. ¡Diosa luna líbranos de todo el mal y que no le pase nada a Oliver!

—¿Y cuándo se casan?

—Dentro de tres meses.

—Mmm, o sea que mi cuñadito será hombre casado dentro de tres meses. —Ella sujeto mi brazo.

—¿y cuándo nos casaremos nosotros? Yo estaba pensando cuando termines la escuela, pero...

—¡¿Casarnos?! —gritó ella interrumpiéndome.

—Por supuesto. De hecho, te iba decir, ¿cuándo podemos hablar con tu padre y tu hermano?

—Quieres morir ¿no? —Me miró ansiosa.

—Eres mi mate, te amo y quiero compartir contigo hasta mi comida y eso es mucho, créeme. ¿No es lógico que nos casemos? —le dije.

—Pero, ¿no deberíamos conocernos? —dijo dudosa.