Jeon Jungkook lleva viviendo un año con él amor de su vida Kim Taehyung. Sin embargo, cuando él menor de ellos se ve involucrado en un accidente, ya nada volverá a ser como antes.
¿Podrán superar la cruda realidad? ¿Será verdad que el amor lo puede...
Eran exactamente las 16:30 del Jueves 11 de agosto del 2016. Pareciera que fue ayer cuando nuestras vidas dieron un giro de 180 grados, nunca jamás se me cruzó por la cabeza que pudiese pasarnos algo así a nosotros.
Quisiera no haberme levantado ese día y no haber dejado que Jungkook lo hiciera, debí haber accedido cuando me pidió que no fuese a trabajar y que inventara cualquier excusa con tal de quedarnos en cama juntos, disfrutando de la cercanía del otro en nuestro hogar. Debí haber hecho tantas cosas, sin embargo, no hice nada y eso me pesa hasta el día de hoy.
Conocí a Jungkook, mi gran amor, cuando estábamos cursando nuestro último año de clases, antes de la universidad.
Lo recuerdo perfecto, como si fuese ayer. Si bien nos habíamos visto años anteriores (en los pasillos, biblioteca, comedor, patio o alrededores); sólo habíamos cruzado muy pocas palabras. En ese tiempo mi presencia pasaba desapercibida y Jeon... bueno Jeon, era todo lo contrario, sobresalía en todos los ámbitos posibles.
Todos y todas querían ser como él, lo admiraban y lo deseaban en silencio. No era secreto para nadie su preferencia sexual, pero eso no era impedimento para que las chicas intentaran una y otra vez conquistarlo.
Un deportista de alta excelencia, se le daban muy bien todas las disciplinas y los estudios, siempre se mantuvo en la cima del ranking de calificaciones. Muy amado por los profesores y el sueño de toda señora para novio de su hija.
Si bien a mí nadie me notaba, de vez en cuando sentía que él si lo hacía, nuestras miradas se cruzaban algún par de veces al día y él siempre se limitaba a adosar una pequeña sonrisa en sus labios, para mi. Disparando mis nervios y enamorándome cada vez más, en total y absoluto silencio.
Jungkook es un año menor que yo, pero íbamos en el mismo nivel de estudios. Eso, tras ser promovido un nivel más debido a que su inteligencia y habilidades, están por sobre el promedio. Sin embargo, llegamos a ser compañeros sólo en el último año. Si bien era él, el más brillante de la escuela, yo no me queda atrás.
Jungkook siempre fue el número uno y yo constantemente, me encontraba por debajo de él. Primer y segundo del ranking, no obstante, algo nos diferenciaba.
Siempre fui irrelevante para los demás, excepto para mi mejor amigo Yoongi y para Jungkook, o al menos de eso me intentaba convencer en ese entonces. Había llegado a la conclusión de que al ser considerado su eterno rival, al menos para él, existía. Porque cada vez que publicaban las notas al final del semestre, nos encontrábamos en el pasillo frente a la lista de calificaciones, aún sabiendo que el resultado jamás cambiaría pero no importaba, porque al final ese era el único momento en que alguien me sentir importante.
Si bien (como ya mencioné antes) hablábamos muy poco, podía sentir ese aire competitivo a lo lejos. Nuestra rutina se basaba principalmente en observarnos a distancia. Solía mirarme y luego sonreír, mientras mis labios se movían para murmurar un "para la próxima", recibiendo como respuesta un "lo estaré esperando"...
Jungkook hacía de mis días los mejores y yo... esperaba hacer de los suyos, los más hermosos por el resto de su vida.
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