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Sesión de Min

—¿Cuándo pasó todo eso? ¿Por qué no me has contado eh, idiota?. —reclama.

—No lo sé, Min. Todo ha sido tan rápido que hasta no parece cierto.

—Si quiere trabajar entonces que lo haga.Jungkookie siempre ha tenido un aprendizaje por sobre el promedio, puede que le sirva de algo volver a enfrentarse al mundo.

—Aún falta para eso, prefiero pensar cuando lo tenga encima...

—¿Encima qué? ¿Jungkook o la fecha?. —arquea sus cejas, inquisitivo.

—¡Ja!. No te queda lo irónico, Min. —sonrío con complicidad.

—¿Y qué piensas hacer con...?, ya sabes qué. —pregunta, apuntando mi zona baja.

—Esperar. —aseguro. —No hay nada que no lo pueda solucionar esto... —señalo tras abrir y cerrra la palma de mi mano. Largándonos a reír mientras me lanza una lata de cerveza.

Ha pasado una semana y Jungkook se empeña en seguir durmiendo conmigo todas las santas noches. No me la está haciendo fácil, tenerlo a mi lado resulta demasiado tentador.

—Deberías decirle que dormir juntos, te está torturando. —continúa Min.

—Si claro... Jungkook verás, no puedo dormir contigo porque me masturbo a cada rato pensando en ti... Si, Min es una ingeniosa idea. —acusó con sarcasmos.

—Quizás así reaccione y te quite las ganas, que se yo... —bromea una vez más.

—Eres lo peor, no me estás ayudando en nada. —suspiro frustrado.

—Esta bien. —repara. —Un poco de humor no le hace mal a nadie.

—Cambiando de tema. —señaló. —Se nos viene navidad y quiero hacer algo realmente especial. No tengo nada en mente en éste momento pero ya se me ocurrirá algo.

—¿Sabes qué la familia también querrá estar en él esa noche?, después de todo no hay navidad que no pasemos todos juntos. —agrega, levantando levemente sus hombros.

—Siento que estar rodeado de todas las personas importantes de su vida, le hace bien pero en su condición actual, no sé si será lo mejor. —comento tras beber un sorbo de cerveza. —Pensaba llevarlo lejos, un par de días tal vez...

—¿Y si lo dejas para Año Nuevo?. Así pasamos la navidad como siempre, en tu departamento. —se carcajea. —Después de todo Año Nuevo no tiene un significado especial como navidad.

—Puede que tengas razón, quizás me estoy precipitando, he estado muy ansioso últimamente...

—Lo sé, respecto a lo otro... —hace una pausa. —¿Qué sucede con los celos repentinos?.

—Ahh, Min. Ni siquiera yo lo entiendo, puede que sean celos o sólo curiosidad. —respondo, relamiendo mis labios.

—Tae, por favor. —alza la voz. —Si de verdad fuera curiosidad, estaría ahora enviándote mensajes para saber qué haces conmigo o te llamaría cada vez que sales a comprar algo, para mí son celos por donde los veas.

—Min, él no me recuerda para nada, ¿Cómo podría sentir celos en esas condiciones?. —cuestiono, frunciendo el ceño después.

—Subconsciente Tae, subconsciente. -/carraspea su garganta. —Mira, se dejó besar y tocar. —acusa. —Duerme todos los días contigo y cuando se te ocurre salir con BoGum, te envía mensajes a cada segundo y te espera despierto. Si eso no son celos, ¿Entonces qué?...

—¡Yo que sé!. —exclamo con fuerza. —Mejor esperaré ver como van las cosas y mientras, no sacaré conclusiones.

—Si tú no lo quieres ver, allá tú. No voy a insistir... —acusa, apuntándome con uno de sus dedos. —Pero que te quede claro que sigo pensando lo mismo.

—Bien, vale ya lo pillo. —chasqueo mi lengua en el interior de mi mejilla.

Luego inclino mi espalda hacia atrás, estirándome lo suficiente para relajar la tensión adquirida. Finalmente bebo lo poco que me queda de cerveza de un sólo viaje.

Quizás y sólo quizás, Min no esté tan equivocado.