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Palabras que marcan

Recuerdo que en las vacaciones previas al último año en la escuela, me encontraba junto a Min recostados en la cama de su habitación, comiendo un poco de ramyeon que había quedado de la noche anterior.

Yoongi solía rabiar por todo, incluso si se trataba de su más grande sueño. Primero se halaba los cabellos tras la rabieta y terminaba por borrar la pista completa, si ésta no lo convencía. La música siempre ha sido su vida y en ese entonces, todo lo llevaba al extremo porque era incapaz de controlar sus impulsos. Hoy en día, todo es muy diferente.

Soñaba con ser un gran rapero por eso pasaba horas y horas componiendo, cuando no se encontraba en la escuela porque quería ser un artista respetado. Para mí siempre ha sido un genio desde mucho antes que descubriera su gran talento. Y en contra de todo pronóstico, puedo asegurar que tiene una de las sonrisas más lindas que he visto en la vida. Siempre lo he apoyado en todo, nos conocimos muy pequeños y fue cosa de tiempo para que nuestra amistad se volviera inseparable, tanto que incluso nos vinimos a estudiar y a vivir juntos a Seúl.

En mi memoria aún recuerdo como me impulsó a tener más coraje y más confianza en mi, con respecto a todo lo que significaba Jeon Jungkook en mi vida...

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—TeTé, si éste año termina siendo nuestro compañero, tienes que hablarle porque será tu última oportunidad ¿Lo entiendes verdad?, después ya no habrá más escuela.

—Uhmm, lo sé Min. Deja ya de repetírmelo, quieres...

—Dejaré de hacerlo cuando tú te pongas los pantalones. Sabes, es mejor arrepentirse por algo que hiciste que por algo que no, créeme. La vida es muy frágil Tae. Prométemelo...

—¿Prometerte qué?

—Prométeme que lo intentarás, independiente de lo que suceda en el camino. Tienes que hacer el último esfuerzo, el tiempo pasa tan rápido que un día puedes estar y al siguiente no... Por cierto ¿Sabes que te quiero?, ¿Te lo dicho alguna vez?... ¡Oh Dios, nooo Tae!, no empieces...

—Lo he escuchado sólo un par de veces en todo el tiempo que nos conocemos, ¿Cómo quieres que no me emocione si vas y lo dices como si nada?, ¿Min?.

—¿Qué?.

—Te lo prometo, bien...

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En ese entonces no tenía idea cuanta razón tendrían sus palabras, quizás es por eso que hoy vuelven con fuerza a mi memoria, calándose en mis huesos como un fiel recordatorio de que debo luchar siempre hasta el final.

✿ Años atrás ✿

Hoy es el primer día de escuela de nuestro último año. Nos dirigimos hacia donde se encuentra aquella famosa lista en la entrada de la escuela, para que los alumnos verifiquen su clase asignada y el salón que les corresponderá los siguientes nueve meses.

Tomo del brazo a Min y nos hacemos espacio entre la multitud, busco mi nombre por todos lados hasta que lo diviso a duras penas en la cuarta columna "Clase 4C sala 22", me giro para darle cara a mi amigo y me indica con el pulgar arriba que estaremos otro año más juntos. Caminamos en dirección hacia la sala de clases, no siéndome indiferente la sonrisa que lleva adosada al rostro, despertando toda mi curiosas al ser algo poco común en él.

—¿Qué sucede? —pregunto, inquieto.

—Ya lo verás... y suéltame el brazo, que ya no eres un niño.

Le dedico una mirada que intento demuestre enojo, aunque con él jamás he podido sentir algo negativo.

Hacemos entrada a nuestro lugar de perdición y lo primero que veo sentado a mitad de éste, es al mismísimo Jeon Jungkook, mirando tranquilamente por la ventana hacia el exterior del edificio.

Mis manos comienzan a sudar y termino por paralizarme por completo, Min intenta hacerme reaccionar cuando posa una de sus mano de golpe por sobre mi hombro, volviéndome a la realidad con sólo toque.

—¡Felicidades! Bienvenido al último año escolar... —termina por sentenciar.