¿Adios?

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Exactamente un mes ha pasado, un mes en que las cosas han cambiado. Un mes en que la rutina a la que me había acostumbrado, ha tomado otros tipo de matices.

Taehyung ha vuelto al trabajo y en paralelo, llevo semanas intensas de crisis. He pedido la concentración en los estudios e incluso mi tratamiento se vió afectado. Quizás hasta repruebe el examen de reinserción estudiantil.

Las cosas no van bien, lo he notado. No es falta de Tae si no más bien mía, estoy jodido. No nos hemos tocado en dos semanas, prácticamente desde que comenzaron las crisis otra vez y para peor, hemos discutido demasiado.

La psiquiatra aumentó mi medicación y la psicóloga me advierte que debido a mis constantes preocupaciones, mis crisis han aumentado. Si, aunque no lo crean, aún me cuestiono cada una de las preguntas que Jihoon formuló ese día.

Quizás debería culparlo a él por como lo estoy pasando pero la verdad es que no es así. Èl sólo se atrevió a decirme las cosas como realmente son, como nadie se atrevió a decírmelas.

No puedo seguir atando y arrastrando conmigo a Taehyung. No se lo merece, él es demasiado bueno para mi.

Puede que mi antiguo yo encajara a la perfección con él pero ahora las cosas son muy diferentes. Soy otra persona, no la que él amo.

Necesito sentirme como alguien que valga la pena, que pueda brillar a su lado sin miedo a sostener su mano. Orgulloso...

Debo entender que dejar ir, también es una forma de amar, de valorar.

Por mi culpa ha tenido problemas en el trabajo. Ha faltado más de la cuenta y se ha ausentado por horas para poder auxiliarme en las crisis. Si sigue así, terminará sin trabajo y eso es lo que menos quiero, romper sus sueños.

Sé lo importante que es para él su desarrollo profesional. Tiene grandes proyecciones en la Empresa, pese a ser tan joven y con menor experiencia.

Simplemente no podría ser tan egoísta cómo atarlo a ésta vida que estamos llevando. Lo he pensado bastante y creo que es lo mejor, necesitamos tiempo.

Necesito un espacio alejado en donde pueda poner en orden el lío que llevo a cuestas. Recuperarme mentalmente y físicamente. Él también. No ha sido nada fácil.

Su cuerpo no responde como lo hacía hace unas semanas. Su energía se está agotando, su ojos se ven cansados y su peso ha disminuido notoriamente. Incluso su manejo de la irritabilidad ha sido sobrepasado.

—Me voy... —tomo mi maleta y camino hasta quedar frente a la puerta de la habitación.

—Sólo ve... —señala de forma muy poco audible. Sin dejar de observar el reloj de pared y dándome la espalda en todo momento.

—No quiero irme así, necesito que lo entiendas Tae... —indico mientras mis ojos se cristalizan poco a poco.

—Lo entiendo, créeme. Mejor de lo que piensas. —sus ojos se humedecen con notoriedad. Las lagriman amenizan con desbordarse cuando me dedica una esporádica mirada. 

Luego vuelve a darme la espalda, de esa forma le resulta más fácil mostrar que no está afectado. 

—Te amo, Tae. Sé que es doloroso pero para mí lo es aún más. No miento al decirte que es lo mejor para nosotros. —intento convencerme de mis propias palabras. —Lo siento, lo siento tanto cariño. —suplicó entre lagrimas.

Aún no me mira. Entonces, decido abandonar la habitación. Luego volteo y avanzo hasta girar la manilla de la puerta. 

Y salgo, caminado torpemente hasta llegar a la salida del departamento.

—¡Jungkook!. —me llama, exclamando tan alto, que me eriza la piel.

Me giro con lentitud, notando como se acerca con rapidez hacia mi. Ubica sus manos sobre mi mejillas, acariciándola con tanto amor mientras deposita un suave beso sobre mis labios.

Es un beso extraño, lleno de amor y de terror al mismo tiempo. Como un sello, una esperanza de que todo será mejor sin importar el tiempo ni la distancia.

—Te esperaré, lo que sea necesario. —confiesa, sonriendo con sus mejillas empapadas. —Que te quede claro, mi vida. Te amo, tanto a ti como al de antes... —seca mis lagrimas y vuelve dejar un beso pero esta vez, sobre mi nariz.

—Te amo mi Tae. —respondo con la verdad. —Espérame por favor, no me olvides que no podría vivir sin...

Me calla posando su boca sobre la mía, suelto mi maleta y aferro mis manos tras su cuello. Acabando con el poco aire alojado en nuestros pulmones.

—Vete, bebé... —susurra sobre mis labios.

Asiento, besándolo una última vez. No quiero olvidar su sabor. Sólo espero que la decisión, sea la más adecuada para esta relación.

Quizás estar con mis padre, sea un buen indicio de que todo estará bien a futuro.

Quizás estar con mis padre, sea un buen indicio de que todo estará bien a futuro

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//Nota Antigua//

Estaba dudosa de publicarlo. Me va a dar infarto, es necesario esto. Prometo recompensar el sabor amargo.

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