Hospital

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Voy camino al hospital en el vehículo de la empresa, sintiendo como se me desborda el corazón con el paso de los minutos, sin poder gesticular palabra alguna. El camino es eterno, observo personas a través del vidrio de la ventana, también semáforos que cambian de color, sonido de bocinas, discusiones, felicidad y yo aquí, sentando en el asiento de copiloto esperando que sólo sea una maldita broma de Min.

—Hemos llegado Sr. Kim. —escucho a lo lejos la voz rasposa de Jei, él chofer de la empresa.

Trago un poco de saliva para intentar pronunciar algo pero me limito sólo a asentir, supongo que entenderá que es mi manera de darle las gracias.

Suelto mi cinturón de seguridad y me bajo del vehículo. Mis piernas tiemblan pero de igual forma logro caminar hasta la entrada, paralizándome tras ver demasiadas personas esperando atención, siendo el panorama no muy alentador.

Busco con la mirada a Min pero no logro divisarlo. Intento tomar aliento y comenzar a avanzar hacia el mesón de atención, pero alguien me voltea con brusquedad. Sintiendo como me aproxima a su cuerpo en una especie de abrazo y yo me aferro, enterrando mis uñas en su espalda para terminar por soltar mi llanto, no necesito verla sé perfectamente quién es, reconozco su olor a distancia.

—Cariño, Jungkookie está estable, nos hemos encargado de todo, debes ser fuerte por él y por nosotros. ¿Bien?.

Asiento en lo que puedo, admiro su capacidad de contenerme. La Sra. Jeon siempre ha sido una mujer maravillosa igual que su hijo, tiene una entereza única y especial. Me sujeta del brazo y me seca las lágrimas con su pulgar, luego camina sin soltarme hasta llegar al segundo piso. Allí logro divisar a Min, sentado en una de las sillas de espera fuera de la sala en donde se encuentra Jungkook.

Al verme, se abalanza sobre mi sin decir nada, sabe exactamente que no necesito palabras. Optando por pasa la mano por mi cabello para luego acariciarme la espalda. A lo lejos escucho como la Sra. Jeon me indica que irá por café para nosotros. Tras eso, me distancio de mi amigo para lograr recomponer un poco la calma y entender que fue lo que pasó.

—¿Qué sucedió? ¿Cómo fue? ¿Cómo está? ¿Qué....

—Tranquilo, está estable. Pero le han inducido el coma para tener mayor seguridad. Están haciéndole varios exámenes para ver si tiene alguna complicación. —interrumpe.

—Quiero verlo Min. —indico con notoria tristeza.

—Lo sé Tae, pero por ahora no se puede, sólo hay que esperar. —intenta sin éxito, tranquilizarme. —Al parecer lo atropelló un coche que no respetó la luz del semáforo. Por suerte una chica anotó el número de la placa patente, porque él hombre que conducía se dió a la fuga. —hace una pausa y luego traga un poco de su propia saliva. —Pero tranquilo, ya dieron con él y en éste momento está detenido mientras dure la investigación.

—¡Voy a matarlo Min!. Si algo le pasa a Jungkook, lo mato.

—Tae no tienes que decirlo, yo lo haré por ti ¿Vale?, pero ahora sentémonos y esperemos a que los doctores hagan su trabajo.

Tomo asiento a su lado, si bien estoy un poco más calmado es inevitable para mi, contener las lágrimas. La Sra. Jeon, se nos incorpora al rato y nos hace entrega de un café, luego se acomodada a mi lado y me acaricia el cabello.

—He llamado a tus padres para avisarles, tu madre viene en camino, cariño.

Le doy las gracias, mientras intento beber el primer sorbo, del más amargo café que he probado en mi vida.

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