Jeon Jungkook lleva viviendo un año con él amor de su vida Kim Taehyung. Sin embargo, cuando él menor de ellos se ve involucrado en un accidente, ya nada volverá a ser como antes.
¿Podrán superar la cruda realidad? ¿Será verdad que el amor lo puede...
El calor es insoportable, siempre lo es. No es que un par de grados menos marque la diferencia, aunque suceda sigue siendo desagradable.
Hemos llegado al fin al hotel, una hora después de haber aterrizado en la isla. La razón de la demora se debe a que Tae ha pasado por todas las tienda del aeropuerto buscando quién sabe qué cosa, que nos hizo perder el autobús.
La habitación es de ensueño, Yoongi tenía razón. Es el mejor regalo que he recibido, ni tiene nada que enviarles a los cuartos de las celebridades.
No es excéntrica pero si la observas con atención puedes notar lo inmensa que es. El cuarto de baño es tres veces el nuestro, cuenta con un jacuzzi, un tocador gigante y un par de muebles en madera nogal que le da un toque rústico.
La habitación está adornada por unas cortinas de satén almond. La cama, está ubicada en el centro y tiene un respaldo con detalles en oro que ¡Wooou!, parece una maldita fantasía.
Por otro lado, la vista es simplemente maravillosa. El gran ventanal, deja a la vista un balcón abrazado por una gran piscina rodeada de palmeras.
—¿Quieres que salgamos a dar una vuelta antes de ordenar las cosas? —pregunta Taehyung, mientras acomoda las maletas cerca del sofá.
—¡No!. —exclamo sonando exaltado —Prefiero inaugurar la cama... —alzo una ceja cuando logro captar su atención.
—¿Bebé, me estás coqueteando? —pregunta aún sabiendo la respuesta.
—Sr. Kim, es que... mi cuerpo... quema. Quema mucho...
No termino de acabar la frase cuando me levanta de manera tal, que mis piernas automáticamente se cruzan tras su espalda. Luego posiciono una de mis manos tras su cuello y la otra, la interno entre las hebras de su cabello.
Fricciono lentamente nuestras partes íntimas mientras me apoderó de su boca por completo. Paso mi lengua por su labio inferior con lentitud hasta que suelta un suave gruñido.
—¿Te he dicho que te estás volviendo cada vez más atrevido, Jeon?. —inquiere tras sonreír con sugerencia.
—¿Y eso es malo? —cuestiono mientras mi lengua recorre su mandíbula.
—No. —niega al tragar su propia saliva. —Me encanta... —asegura al mismo tiempo que avanza hasta llegar a la cama.
Me deja sobre ella y se posiciona en el borde, separándome las piernas para luego apegar su cuerpo al mío.
Deposita un pequeño beso sobre mis labios, se aparta y me acomoda el cabello de tal manera, que deja todo mi rostro al descubierto.
—Te amo, bebé. —pronuncia mirando fijamente todo mi cuerpo, con una intensidad que simplemente acaba con todos mis sentidos.
—Y-yo también te amo, Tae... —las palabras se tropiezan cuando intento confesar lo mismo. Así lo siento pero no deja de ser desconcertante.
Un beso más basta para que mi pobre corazón comience a latir desenfrenado.
Se abre paso acariciando despacio mi torso con la palma de su mano, por debajo de mi camisa. La desabotona hasta dejar mi piel expuesta para su merced. Retirando toda mis prendas de vestir.
Y cuando es su turno, lo hace con una carga sensual tan increíble que siento mi mundo detenerse. Taehyung tiene un cuerpo magnifico, no de gimnasio pero lo suficiente tonificado como para enloquecer a todo mi cuerpo.
Una de sus manos viaja hasta cubrir por completo mi erección, trazando pequeños movimientos de arriba a abajo mientras esparce todo mi líquido preseminal.
Luego, tras varios minutos de intenso jugueteo. Lleva sus dedos hasta mi boca, obligándome a lubricarlos con mi propia saliva.
Permanece allí lo suficiente como para invadirme después. Gimoteo, lo más en alto posible cuando sus dedos se abren paso entre mis paredes, moviéndose con una precisión exacta que termina por enloquece a mi punto dulce.
La preparación no tarda en concretarse entonces, me invade poco a poco hasta llenarme por completo. Nos besamos, es caliente, intenso, silenciador.
Me penetra en un ritmo desquiciado, acelerando cada vez más mientras rasguñó su espalda.
Hacer él amor me desgasta pero a la vez me completa. Mis pensamientos están enfocados por completo en él, en su esencia, en la forma en la que me besa, en cómo decora mi cuerpo con su tacto. La forma tan maravillosa en la que ama...
Taehyung se cuela, se graba en cada rincón de mi cuerpo, es mágico y es mío. No puedo imaginarme una vida sin él a mi lado, sin sus caricias, sin su sexo, sin su alma destinada a la mía.
No quiero que nadie me lo arrebate. Quiero que siempre esté junto a mi.
Las embestidas aumentan.
El calor se aglomera entre la ropa de cama y nuestros cuerpos desnudos. Incluso, mis manos viajan desde su espada hasta ejercer presión en su trasero, porque necesito un contacto más directo, más fuerte, mucho más desbordante.
Todo en mi se tensa, y un cosquilleo invade mi parte inferior. Mi espalda se arquea de inmediato cuando siento el descontrol de cada fibra, apoderarse de toda extensión de mi cuerpo.
Mi orgasmo llega acompañando al suyo. Me llena de él mientras jadeamos en busca de aire. Cansado, exhaustos, deseosos de tanto amor.
Las caricias, las palabras, las miradas, todo, absolutamente todo está demás si lo tengo a él.
—¿Crees qué el paseo por la isla pueda esperar?. —interroga, sin apartarse de mi interior. —Al menos hoy...
Asiento entrecerrando mis ojos. Luego lo beso cuando mi mano se interna en su cabello.
Se aparta, y besa la punta de mi nariz antes de acomodarse a mi lado.
Volteo de medio lado para que abrace por la espalda. Y lo hace, le encanta estar en esa posición y no lo digo con una carga sexual de por medio, más bien porque simplemente adora dormir así.
Quiero ahogarme en éste amor, uno que no lo vi venir pero que pretendo mantenerlo y cuidarlo de todo, contra todo hasta que la vida diga lo contrario.
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Otra vez el lemon, no recordaba haber escrito tanto. 🌚
