Viernes (TH)

6.2K 908 81
                                    

Al llegar al departamento me recibe un olor extrañamente familiar.

Me apresuro a ingresar a la habitación y esconder el regalo en algún lugar secreto, fuera del alcance visual de Jungkook. Luego reemplazo la ropa de trabajo por un pantalón deportivo largo y una camiseta blanca holgada.

Salgo camino directo a la cocina, lo saludo con beso sobre la comisura de sus labios, recibiendo una risita tímida en respuesta. Sonríe mientras indica que tome asiento porque la comida se encuentra lista.

Estamos intentando llegar una vida de pareja; para mi sorpresa fue él quien lo propuso después de lo que paso entre nosotros, supongo que no será mayor problema.

Si hay algo que me tiene sorprendido por estos días, es que Jungkook y mi madre han mantenido una muy buena comunicación, incluso me atrevo a asegurar que es a diario. No me quejo, al fin y al cabo somos familia.

Desde que mantienen esta relación que Jungkook se la pasa cocinado durante la semana. Estoy completamente seguro de que debe estar enseñándole y de paso, endulzando su oído con historias pasadas de nosotros.

Todas mis sospechas radican en que Jungkook ha cocinado ésta semana sólo mis comidas favoritas. Incluso, ha adoptado comportamientos similares a los de antes, lo cual nostálgico y me gusta, pero no es lo ideal. Debería ir a su paso, no obligarse pero creo que ya es difícil retornar cuando lo noto por lejos, más feliz.

Deposita en la mesa los platos con Manduguk, junto a dos copas con champagné. Tomando asiento a mi lado después, sin dejar de sonreír.

—Espero que te guste la comida, me esforcé mucho para que saliera bien. —indica con evidente nerviosismo.

—Todo lo que cocines será mas que suficiente para mi. —respondo para disipar sus dudas, mi verdad.

—¿Incluso si eso significa comer algo carbonizado o de mal sabor porque tiene azúcar en vez de sal?, ¿Tal vez desabrido o incomible?. —cuestiona, jugueteando con sus dedos en la mesa.

—¡Claro!. —exclamo. —Me comería eso y más, si eres tu él que cocina. —le devuelvo una de mis mejores sonrisas.

Nos carcajeamos mientras hacemos un brindis por ese nosotros, que no se ha olvidado. Dando un paso hacia un futuro juntos y con la convicción de que todo resultará bien.

—Tengo otra sorpresa. —interrumpe mis pensamientos, captando toda mi atención.

—¿A si?... —infiero, alzando una ceja.

—Si, veras. La sorpresa te la enseñaré cuando terminemos de comer. —señala tornándose de cereza sus mejillas.

Lo observo expectante, sólo se limita a desviar la mirada hacia el suelo, como si ocultara algo. Desordena algunas hebras de cabello y finaliza tomando un trago de su copa, produciéndose un silencio para nada incómodo pero sospechoso.

—¿Cómo estuvo el día?. —pregunto, para capar su atención.

—Normal. —bebé un poco de su trago antes de continuar. —Acompañé a Jinnie al centro comercial y aproveché de realizar algunas compras, luego me a tomar un helado y al final, me vino a dejar al departamento. —relata sin freno alguno.

—¿Comprando? ¿Y qué cosas?. —cuestiono, con la curiosidad invadiéndome.

—Uhm... compraba el regalo de mi amigo secreto y también viendo si me gustaba algo... —retoma, Jungkook.

—¿Y de dónde sacaste dinero?, porque no he recibo ninguna notificación de giro en la cuenta. —infiero, estudiando cuidadosamente su acciones.

—Ohh eso, verás .... Cuando estaba revisando mis cosas en la habitación, encontré un poco de dinero en una de mis chaquetas, así que no me moleste en sacar de la cuenta que me indicaste que era de los dos, por eso no te avise de nada. —desviando la mirada.

—¿Estás seguro? ¿No le habrás pedido a alguien que te prestara, verdad? —pregunto, al notar nerviosismo en sus palabras.

—No Tae, es enserio. Me encontré dinero en la chaqueta, no le he pedido dinero a nadie y tampoco lo haría si ni siquiera tengo trabajo como para poder devolverla. —esta vez sonando mucho más serio y severo.

—Está bien Jeon, siento haberte realizado la pregunta. —me disculpo, ante la falta.

Al acabar la comida, ofrezco mi ayuda para lavar los platos y servicios, mientras él señala que ira a la habitación. Al cabo de unos diez minutos, termino mi tarea, las ollas son lo más difícil de lavar.

Me acerco al lugar pero la manilla se encuentra con pestillo, por lo que doy golpecitos en la puerta para que abra, no tarda en hacerlo, sin embargo, la habitación se encuentra obscura, solo alumbrada por unas velas, avanzo un poco más hacia el interior, sintiendo como sus manos sorpresivamente tapan mi visión, a la vez que me susurra palabras al oído....

LMA | VK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora