Lo bonito de esto

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—Uhm.. ¡Mierda, Taehyung!... me resbalo.

Desliza una de sus manos delineando mi espalda. Llegando hasta el inicio de mi pierna para sujetarla por debajo del muslo y levantarme de tal modo, que quede ubicado a la altura de su cadera. Me aferro de inmediato, cruzándolas tras ellas para no perder el equilibrio.

El sexo es mejor en las mañanas...

El sexo es alucínate en las mañanas y en la ducha, también lo es en la mesa, en la alfombra y en la cama. El sexo sabe bien entre nosotros, sedientos y húmedos.

El sexo es único y especial, juntos... él y yo como un todo. No obstante, las almas no tienes sexo, ellas hacen el amor. Se funden en una sola, para el deleite de sus actores. Me desnuda el alma y yo le hago el amor a la suya, porque aunque parezca sexo, no lo es y no lo será nunca más, a partir de hoy.

Enredo mis brazos alrededor de sus hombros, en un intento de aferrarme y no volver a caer, internado de paso una de mis manos entre las hebras de su cabello, generando pequeños tirones antes el éxtasis vivido.

Sus gruñidos ásperos y varoniles se adueñan de mi odio, endulzándolo con su más atrayente melodía. Taehyung es mío, todo mío y yo le pertenezco. Siempre será así, muy a pesar de que mi mente se empecine en borrar todo rastro de él.

Al menos mi cuerpo, eternamente lo reconocerá, porque simplemente cada centímetro lleva por escrito su nombre.

—Ahgr... justo ahí, T-Tae...

Mis músculos se contraen y se tensan, a la vez que me aferro aún más a su cuerpo. Las gigantescas oleadas de placer, despiertan todos mis sentidos más ocultos, provocando una armoniosa sensación de satisfacción.

Gruñe. Acelerando cada una de sus embestidas, como si el mundo se fuese a acabar y ésta fuera, una oportunidad única para amar. Entonces, agudizo mi oído cuando susurra que está listo, causando que de manera anticipada, mi interior termine contrayéndose para provocarlo, extasiarlo y amarlo.

—¡Oh, mierda así, bebé!. —sugiere cuando mis movimientos lo engatusan. —Mmm... tan perfecto... —susurra en la base de mi cuello.

Bastando sólo ese momento para que se desencadenen mis pasiones más bestiales, reprimidas y olvidadas en algún lugar sensorial. Aumento el movimiento circular de mis caderas, friccionando tanto hacia arriba como hacia abajo y rasguñando su espalda mientras gimoteo su nombre cuando empotra aún más en la pared, siendo humedecidos por el agua tibia que cae sobre nuestros cuerpos. La ducha es perfecta, recuérdenme eso.

Me entrego en cuerpo y alma a su placer, mi placer. Gustoso, deseoso, listo y dispuesto; como siempre debió ser, dejando atrás las ataduras.

Jadea una última vez a la altura de mi oído y ya está. Todo de él se apodera de mi interior, llenándome, amándome y decorando mi piel de igual forma, que la mía a la suya. Sonriendo tan radiantes para luego volver a besamos, manteniéndonos en la misma posición durante un par de minutos más.

Exhaustos debido a la intensidad, me deja en pie sobre el porcelanato de la ducha mientras le sonrío nuevamente idiotizado por su belleza. Abrazándolo mientras él ubica su grandes manos, alrededor de mi cadera. Me besa en la frente y luego continúa en la boca para que finalmente nuestras narices se unan en una especie de cariñito, mucho más delicado y especial.

Aún no me siento preparado para decir las palabras más importante de amor pero se que lo entiende, incluso mejor de lo que lo hago yo...

—Te quiero, Kim. —pronuncio, sin dejar la sonrisa de lado.

—¡Ven acá!. —me apega aún más a su cuerpo. —Te amo Jeon, déjame amarte toda la vida, ¿Si?. —propone y yo no soy capaz de negarme ante un futuro juntos.

—Deja demostrarte lo bonito que era, que es y será nuestra vida. Lo bonito de esto, de amarnos... —continúa, sin poder acabar su discurso romántico, siendo tan curso pero encantándome de igual forma. —¡Ahora media vuelta!, voy a consentir tu actitud perezosa, tenemos un gran día por delante. —reprocha con diversión.

—Te quiero, Kim... —vuelvo a entonar cuando mis ojos se pierden en La inmensidad de los suyos.

—Ya lo sé, Kookie. —asiente, moviendo sutilmente su cabeza. —Lo dejaste en claro hace varios minutos atrás.

—¡Te quiero Taehyung!. —exclamo, frunciendo el ceño.

Suspira. —Yo más que eso, bebé... —adosando una sonrisa ladina.

—Lo recalco. —hago una pausa. —Sólo por si no te queda claro. —abulto mis labios en un puchero.

—Esta más que claro precioso...

Doy media vuelta mientras él coloca un poco de shampoo en su mano pero antes, deposita un casto beso en mi hombro que se siente como una promesa.

Una de un presente y futuro juntos, a modo de recordatorio de un pasado que debemos recuperar.



Hola, hola

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Hola, hola

¿Como va su día?... Wattpad es un asco estos días, no sé cuántas veces he intentado publicar este capítulo así que espero que tanto sufrimiento por poder actualizar haya valido la pena y les guste porque si no, me muero jajaja

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