Nuestro Hogar

7.4K 1.2K 80
                                    

—¿No qué vivíamos en una casa?. —mirándome con extrañeza, pregunta Jungkook.

—Jamás te dije que era una casa, tú sacaste esa conclusión. —respondo, intentando guardar las ganas de reír.

Nos bajamos del vehículo y caminamos hacia el interior del edificio en donde nos recibe el recepcionista. Me acerco para constatar que no existan mayores eventualidades el día de hoy, pero él hombre se distrae tras divisar a Jungkook.

Joven Jeon, me alegro que ya se encuentre mejor. Sea Usted bienvenido nuevamente a su hogar. —indica con una sutil sonrisa.

Jungkook fija su mirada y devuelve el gesto amablemente para luego darle las gracias, a quién que lo saluda con tanto respeto y cariño. Intentando esconder la frustración, al no poder reconocerlo.

Una vez al interior del departamento, diviso a lo lejos como mi madre acerca poco a poco para incorporase junto a nosotros pero antes, me adelanto para comentarle que Jungkook ha decidido quedarse conmigo. Luego termina su recorrido, hasta llegar frente a quién considera su segundo hijo y así poder saludarlo como corresponde.

—Jungkookie, cariño. Bienvenido... Yo soy la madre de TaeTae... —sonríe, mientras se le ilumina el rostro.

¡Ohh!, ya veo. Es usted una mujer muy hermosa, Señora. —responde siendo lo más formal y respetuoso posible.

—Que cosas dices muchacho... vas a sonrojarme tan temprano ¿Ehh?. Me puedes decir Yun o Yunnie, como más te acomode. —denota, acariciando el hombro de Jungkook y procurando no incomodarlo demasiado.

Ohhh yo... está bien, Yunnie. —avanza con lentitud, analizando todo a paso. —¿Realmente vivimos aquí?. —cuestiona, dedicándome una mirada incrédula.

—Claro que vivimos aquí, Jungkook... —sostengo, mientras avanzo hasta donde se encuentra él.

—Es muy hermoso y grande, no parece departamento ¿Somos millonarios?. —pregunta, arqueando una de sus cejas.

—No. —niego ante su ocurrencia. —Sólo nos ha ido bien. —termino por responder. —Ven acompáñame, te enseñaré el resto...

Mientras dejamos a los demás en el comedor, recorremos cada rincón del lugar, deteniéndonos sólo al llegar al dormitorio principal.

—Está es... bueno... era nuestra habitación. —señalo tras ingresar ambos con cierta timidez. —Uhm, solías dormir hacia el lado de la ventana. —carraspeo mi garganta. —Tenemos una habitación de huéspedes también, puedes dormir allí. Estarás más cómodo...

Me observa en silencio mientras repasa y toca todo lo que le causa curiosidad. Deteniéndose a posar su mano en el pequeño velador, para luego sostener un cuadro que lleva en su interior, una fotografía nuestra.

 Deteniéndose a posar su mano en el pequeño velador, para luego sostener un cuadro que lleva en su interior, una fotografía nuestra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



—¿Eramos felices Tae?. —inquiere, sin apartar la mirada de la fotografía. Dejando a su paso, una caricia fina y delicada por sobre el vidrio.

—Si, muy felices. —aseguro, sin evitar que la nostalgia se apodere de mis pensamientos.

—Se percibe, ¿Sabes?... —vuelve a dejar el cuadro en su lugar y me regala una sutil pero hermosa sonrisa, que termina por achinar sus ojos en una sola línea.

Asiento en respuesta. —Había veces en las que claramente discutíamos, pero la gran mayoría sucedía por cosas sin sentido. —agrego.

—¿De verdad?. Cuéntame, por favor. —toma asiento sobre la cama mientras da golpecitos para que me acomode junto a él.

—Verás... Una vez discutimos por el color de la alfombra, tú querías que fuera roja y yo verde. Estuvimos más de una hora en la tienda intentando llegar a un consenso y finalmente me ganaste por cansancio. —suelto un suspiro antes de continuar. —Nada realmente grave pero cuando ocurría, podíamos estar dándole vueltas todo un día, hasta que uno se rindiera.

—Suena divertido... ¿Quién a ganado más veces?. —pregunta, expectante.

—Tú. —sonrío. —Odiabas perder, así que por lo general no tardaba en darte la razón, no sin antes darte la pelea... ¿Vamos?. —pregunto tras escuchar a lo lejos a mamá, anunciando que el almuerzo se encuentra listo.

LMA | VK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora