Jeon Jungkook lleva viviendo un año con él amor de su vida Kim Taehyung. Sin embargo, cuando él menor de ellos se ve involucrado en un accidente, ya nada volverá a ser como antes.
¿Podrán superar la cruda realidad? ¿Será verdad que el amor lo puede...
—Tengo la pequeña sensación de que ya hemos estado aquí, antes. —señalo mientras mi cuerpo tiembla debido al intenso frío.
Observo cada uno de los movimientos de Taehyung. Primero hace retiro de su chaqueta y la posiciona por sobre mis hombros. Una especie de cobijo íntimo que me da la tranquilidad que necesito, una que sólo puedo sentir cada vez que está a mi lado. Finalmente, deja un beso sobre mi coronilla, al paso que acomodo la prenda para sentir el suave pero adictivo aroma impregnado en ella, aroma que es característico de él y que me tiene más que encantado.
—Claro que hemos estado aquí antes, una gran infinidad de veces. —indica. —Te gustaba sentir la calidez de éste lugar. Además aquí fue donde alguna vez nos juramos amor eterno durante nuestro primer aniversario, antes de entrar a la Universidad. —confiesa con la nostalgia recalcada en sus ojos. —En ese entonces, las persona solían decir que sí te besabas justo cuando el reloj marcaba la media noche, el amor duraría para siempre. —suelta una débil carcajada. —Nosotros estábamos tan nerviosos por el futuro que hicimos de la tradición, nuestra.
—¿No fue el caso?. —pregunto a duras penas, con mi voz temblorosa cuando su mirada se pierde sobre el lago.
—No. —niega categórico. —Terminaste olvidándome y te llevaste con eso, mis mejores años de vida. —está roto y es primera vez que me deja ver aquella debilidad. Una lágrima se desprende y recorre su mejilla, retirándola rápido para luego voltear y quedar mirarme de frente. —Pero eso, no es culpa tu...
—Podemos volver a jurarlo una y otra vez... sólo si quieres, sólo si estás dispuesto... —interrumpo al sentir la enorme necesidad de hacerle entender que estoy tan adentro en esto, como él.
—Por supuesto, Jungkook. No hay nada que quiera más que pasar el resto de mi vida junto a ti. Te esperaría lo que fuese necesario y créeme, lo que más tengo es paciencia. —sonríe con una dulzura, que mi corazón comienza a latir desenfrenadamente.
—Entonces... —musito mientras su mirada conecta con la mía. —Deja de esperar tanto y no te limites, porque si hay algo de lo que puedo estar seguro, es de yo también quiero estar siempre contigo. —aclaro, dejando todos mis sentimientos expuestos. —Podemos intentarlo una y otra vez, siempre que estemos dispuestos. ¿Te gustaría caminar el resto de tu vida a mi lado?, aunque me rompa mil veces y tengas que repararme otras más?. —pregunto con la sonrisa plasmada en los labios.
—Suena como un bonito desafío. —responde, achinando sus ojos. —Pero vale la pena, estoy seguro de que será así, bebé.
A lo lejos se escucha el sonido de las campanas de la gran catedral de Seúl, aquellas que anuncian la cuenta en regresiva para anunciar el fin de este año.
El silencio se apodera de las calles por segundos y da la sensación de que el mundo se paraliza por un instante. Es como la magia, una maravillosa ilusión que todos hemos anhelado alguna vez.
Muerdo mi labio cuando al fin cesa el tintineo de la última campanada.
El cielo se ilumina de diversos colores, dando lugar a la pirotecnia que todo el mundo espera para celebrar el paso al nuevo año. Un espectáculo fascinante que es casi imposible despegar los ojos de el, mucho más cuando las luces se reflejan como un espejo sobre el lago.
—Ven acá. —toma mi mano para luego apegarme a su cuerpo, rodeando mi cintura con una de sus mano en un firme agarre. —Eres precioso. —señala causando el rubor en mis mejillas. —Simplemente precioso. —repite con una hermosa sonrisa geométrica y con los ojos brillando de ilusión.
Acerca su rostro lo suficiente hasta acortar toda distancia, provocando que nuestras frentes se junten suavemente y su mano que antes sujetaba la mía, recorra toda la extensión de mi brazo. Finalmente, lleva mi cabello tras la oreja, acariciando con sutileza mi mejilla.
La intensidad de su mirada delata todos aquellos sentimientos albergados y contenidos por tanto tiempo.
El brillo en sus ojos me intoxica de tal manera, que se impregna en los míos para no dejarme escapar nunca más. Decido entonces acercarme poco a poco, sosteniendo la mirada hasta posar mis labios junto a los suyos.
Primero, un pequeño roce acompañado de un sin fin de emociones, seguido de una presión de labios con algo más de intensidad. Terminando en un beso de entrega, de aceptación, satisfacción, pasión y locura, que antes no había sido capaz de notar.
Simplemente una promesa de amor, amor entre nosotros, aquel en dónde faltan las palabras pero sobran y se desbordan los sentimientos.
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Holaaaas!
Estos es así, me quedan exactamente cerca de 20 capítulos por editar para darle fin al fic. Gracias a quienes leen por primera vez y por sobre todo a quienes están volviéndolo hacer. Son ustedes lxs que mas pueden notar como he mejorado su redacción porque era un asco. Soy súper autocrítica y para ser de mis primeras historias junto con Requiem (la cual se eliminó) e If you, no me sentía para nada conforme. Así que cuando termine con esta, empezaré con la última mencionada.
Eso, cariños dijo la Cami o la Teffy como gusten llamarme.
