Jeon Jungkook lleva viviendo un año con él amor de su vida Kim Taehyung. Sin embargo, cuando él menor de ellos se ve involucrado en un accidente, ya nada volverá a ser como antes.
¿Podrán superar la cruda realidad? ¿Será verdad que el amor lo puede...
Mentiría si digo que éste mes no me da melancolía. Años anteriores, solíamos compartir millones de preocupaciones no tan sólo por las festividades o por mi cumpleaños, más bien por organizar anticipadamente nuestras vacaciones, hasta el último detalle.
Es nostálgico, sí, pero así nos toco la vida. Culpemos al distraído destino, a las circunstancias, al conductor o tal vez sólo debimos quedarnos en casa. Debí cumplirle el capricho, quizás hoy todo seguiría como siempre pero no, no contábamos con que embarcarnos en un nuevo camino, uno mucho más difícil pero no por eso, imposible.
Respeto al conductor que atropelló a Jungkook, está todo en manos del abogado. Min es quien tiene el poder para representarme y hacerse cargo de todo el proceso porque sinceramente, no me siento facultado para tener esa presión, incluso hemos postergados los interrogatorios con el fin de mantener la salud mental de Jeon.
Por otro lado, he pensado qué regalarle a Jungkook para navidad, quiero que sea algo más significativo. Que refleje nuestro presente y esté adecuado para un Jeon con otro tipo de personalidad y preocupaciones, igual de encantador pero otro al fin y al cabo.
No es nada fácil buscar algo a la altura y mucho menos cuando de manera inconsciente, termino por buscar sus gustos pasados. Es complicado pero no debo dejar que mi ánimo se derrumbe o de lo contrario, lo arrastraré a él y ese es mi mayor temor.
Pedí medio día libre en el trabajo para buscar el regalo ideal. En un inicio elegí el gran centro comercial pero terminé por descartarlo al recordar lo agotador que puede llegar a ser, comparar algo allí. Finalmente decidí por un pequeño centro, al que solíamos ir con Jungkook para evitar las aglomeraciones.
Comienzo la búsqueda por las tiendas del primer piso, repasando los trajes elegantes, las prendas urbanas, viajes, accesorios, tecnología, comida... Claro, la comida... Me detengo a pedir algo al paso antes de continuar.
Tomo asiento en una mesa apartada para comer tranquilamente y disfrutar sin culpa, aquella comida basura que es tan apetecible y tentadora cuando el hambre, se hace presente con descaro.
Quince minutos más tarde, vuelvo a mi cometido revisando cada tiendas que existe en el lugar. Deteniendo los pasos cuando mis ojos se clavan en aquel lugar que tanto le gustaba admirar a Jungkook. Solía recalcar que algún día tendría el dinero suficiente para poder comprar aquellas pulseras de pareja, que desde hace más de un año se encuentran en vitrina.
Si bien el valor es alto, soy consciente de que es el regalo perfecto. No sólo por todo lo que significa en el pasado, más bien por el significado cautivador de una promesa de amor eterno y eso, es justamente lo que necesito. Que quede en claro, que mi amor va más allá de un pasado o un presente, mi amor es simplemente un futuro juntos.
Un futuro en el cual nos amamos sin condiciones e independientemente de sí vuelve a recordar o no. Lo quiero todo y a la vez nada, pero sea lo que sea, tiene que ser con él. Apostaría lo que fuera a que seré capaz de lograr, que vuelva a enamorarse de mi.
Sonrió satisfecho al finalizar la compra, ahora sólo debo esperar la fecha para entregárselas.
No me cabe duda de que será un día perfecto porque ya con tenerlo a mi lado, lo es. Jungkook será siempre el motor principal de mi felicidad.
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