Jeon Jungkook lleva viviendo un año con él amor de su vida Kim Taehyung. Sin embargo, cuando él menor de ellos se ve involucrado en un accidente, ya nada volverá a ser como antes.
¿Podrán superar la cruda realidad? ¿Será verdad que el amor lo puede...
Ya finalizada la cena y tras lavar toda la vajilla sucia, nos agrupamos junto al árbol de navidad para esperar la hora correspondiente. No faltando mas de dos minutos para concretarse, incluso algunos aprovechan de servir un poco de licor en sus copas o algo de gaseosa para matar el tiempo.
Y cuando suena en decibeles bajos el reloj, todos los rostros se impregnan de una felicidad y espíritu que sólo se logra en esta fecha.
Decidiendo comenzar con los famosos regalos del amigo secreto. El primero en abrir es Min, quien recibe un par de vinilos de su artista favorito para ser tocados en el nuevo tocadiscos que adquirió hace una semana atrás.
Luego continuó Jimin, que terminó por brincar de felicidad tras obtener dos ticket para la íntima función de su bailarín contemporáneo favorito y que creía agotadas. Y así, cada uno de los invitados recibiendo conformes sus regalos, incluso Hoseok no dejó de abrazar a Jungkook por su nueva gorra suprime.
Ya un poco menos nervioso, entrego mi presente a los padres de Jungkook, al igual que lo él. Están tan emocionados, que si bien el Sr. Jeon intenta no soltar sus lágrimas acumuladas, su mujer hace todo lo contrario. No obstante, jamás abandona su sonrisa, intentando contrarrestar la falta de mis padres con sus afectos. ¿Mencioné que papá se enfermó?, bueno... sucedió, por lo que mamá se quedó en Daegu con él y terminaron por suspender el viaje.
Por otro lado y sólo tras disipar aquella nostalgia; al fin encuentro el momento ideal para hacer valer mi turno en la entrega de los presentes. Todos están expectantes, en silencio, tal cual se los pedí. Para ninguno es sorpresa excepto para Jungkook.
—Sólo faltan los nuestros... —musita, nervioso.
—Comienzo yo, ¿Vale?... —me anticipo para que pueda tranquilizarse.
Estiro mis manos lo suficiente para que pueda tomar el regalo entre las suyas, apretando en demasía la pequeña caja y suspirando fuertemente, para coger algo más de valor. Luego rompe todo el envoltorio para sacar otra cajita de su interior.
Me dedica una mirada de incredulidad para después volver a observar la caja y abrirla, desatando el listón.
—¡Que preciosas!... ¿Son a juego?. —infiere emocionado mientras asiento, asomando cierto brillo en sus ojos que logra hacer latir con furia mi alocado corazón. —¿Puedo, verdad?. —da un par de pasos hasta quedar frente a mi para tomar mi muñeca y comenzar a adornarla con una de las pulseras. Una vez finaliza, hago lo mismo con él.
—Estas eran una de las cosas que más anhelabas tener. —señalo. —Siempre quisiste comprarlas, así que creí que era lo más adecuado para darte hoy. Aunque no lo recuerdes, era uno de tus sueños...
—Son perfectas Tae... —se acerca un poco más para depositar un casto beso sobre mis labios, dejándome atónito. —Gracias. —pronuncia, sonriendo una vez más. —Creo que es mi turno. —se detiene para relamer sus labios. —Yo cuando los compré, pensé que eran un buen regalo, ahora bueno, tengo mis dudas. Por favor ten, ojalá te agrade la idea...
Me acerca un sobre que apenas y logra sostener con sus manos temblorosas. Lo recibo y lo abro de inmediato, no pudiendo detener la emoción que me invade, al corroborar lo que es.
—Jeju. —balbuceó, dándole paso a las lágrimas e intentando secar mi rostro con una de las mangas de la chaqueta. —¿C-cuándo... ¿Cómo lo supiste?.
—¿Cómo?. —alborota su cabello. —Bueno, verás... —duda, sin embargo, continúa. —Sufrí una crisis hace muy poco y recordé algo pasado, más bien ese lugar específico, su nombre sonaba en mi cabeza. No quise contarte nada para que no te preocuparas. —retira con la punta de sus dedos, algunas de mis lagrimas, acariciando levemente mis mejillas. —Supongo que valió la pena mentir, si te gustó...
—¿Supones?. —cuestiono, alzando una de mis cejas. —Claro que me gusto, nuestros mejores recuerdos están en esa isla, vivimos tantas cosas... No podría estar más feliz. —acerco mis labios hasta dejar un beso sobre su frente. —Muchas gracias por éste hermoso detalle.
—No tienen fecha, lo planificaremos después con el tiempo. Así que no te preocupes por ahora, sólo disfrutemos este momento... —indica, sonriendo satisfecho.
Luego sostiene mi mano, acercándome hasta donde se encuentran los demás. Quienes no han dejado de observarnos expectantes... Me detengo ante aquella mirad ensombrecida de mi amigo, que no para de hacer gestos con su mano, atrayendo toda mi atención hasta que al fin recuerdo que me falta una parte del regalo.
—Un momento Jungkook, tengo una última sorpresa. —revelo. —Espérame aquí. —camino rápidamente hasta la habitación de huéspedes, para ir en búsqueda de aquello que tengo para él.
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