Diagnostico

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Alrededor de hora y media tarda el equipo médico en aparecer frente a nosotros mientras él doctor a cargo, pregunta por los familiares de Jeon Jungkook, entonces el Sr. Jeon me coge del brazo, posicionándome en medio de él y su mujer.

—Su hijo sufrió múltiples contusiones y una fractura craneal, hemos inducido el coma a fin de que la cirugía a la cual será sometido no presente mayores complicaciones, por lo que necesito su consentimiento para llevarla a cabo, de lo contrario no podremos continuar.

—¿Dónde debo firmar?. —pregunta la Sra. Jeon.

—Justo aquí, pero debe leer todas las condiciones. —indica el médico, apuntando sobre la hoja en la tablilla.

La Sra. Jeon, luego de leer con una rapidez envidiable, procede a firmar la autorización de la cirugía mientras él médico señala que ésta, se llevará a cabo dentro de una hora y media más, haciendo énfasis en que el nivel del daño se sabrá sólo cuando Jungkook reaccione tras la intervención.

—Cariño, ¿Necesitas que compre algo para comer?. —pregunta la Sra. Jeon, siendo consiente que aún se me hace difícil el poder llamarla con más familiaridad.

—No gracias... su-suegra. Estoy bien por ahora. —es increíble que pese a las circunstancias, me esté sonrojando por una tonta palabra mientras mi novio, está en pésimas condiciones.

—¿Sabes qué la noche será larga?, tienes que comer algo cariño, aunque sea un poco.

Concedo lo dicho educadamente, lo que menos quiero es causarle más preocupaciones de las que ya tiene.

—¡Haneul, deja ya de insistir!. —Él Sr. Jeon, exclama para detener las insistencias de su mujer. —Cuando Taehyung tenga hambre, seré el primero en tomarlo del brazo y llevarlo por algo de comida. Lo estás poniendo más nervioso de lo que ya está... —reclama que una vez más.

Si hay algo que agradezco en lo más profundo, es que la familia de Jeon me ha acogido como uno miembro más desde. Por otro lado, su padre tras conocerme, supo darme una cátedra de todo lo que significa su hijo para él y lo que me podría suceder, si llegase a hacerle daño.

Siempre a tenido una palabra de cariño o un detalle afectuoso para mi, a pesar de que suele ser más reservado, por el contrario, la Sra. Jeon es espontánea y con un sentido del humor envidiable. Fue ella quien me entregó su amor sin condición, desde el día en que me vió entrar a su casa por primera vez, para pedirle su consentimiento respecto a nuestra relación.

Me reincorporo junto a Min, quien está comiendo algo parecido a una barra de cereal nutritiva pero ésta es todo lo contrario, está completamente bañada en chocolate. Me ofrece pero me niego, es imposible para mi pensar en comer en éste preciso momento, así que opto por sacudirle el cabello y entregarle una sonrisa para no evitar preocuparlo.

De inmediato recuerdo que debo llamar a Seokjin para avisarle todo lo que ha sucedido, es su mejor amigo. Se conocieron cuando Jeon necesitó de una ayudantía en una materia que le estaba costando entender, su profesor le dió el contacto y desde ahí que no se separan. Seokjin se graduó hace ya un año de la facultad de artes escénicas y puedo decir a ciencia cierta, que es un chico con un tremendo talento innato.

Decido entonces, enviarle un mensaje de texto, no tardando en responder que intentará salir antes de su trabajo para venir a acompañarnos. No cabe duda de que es un gran chico y por supuesto, un gran amigo.

Minutos después el teléfono suena, anunciando una llamada de mamá. Quien me indica que su bus saldrá a las 19:30 por lo que llegará cerca de las 22:00 horas a Seúl. Y eso sólo me hace constatar, que aún queda cerca de una hora para la operación.

Necesito verlo, sentirlo, besarlo, abrazarlo o tan sólo escuchar su voz, pero sé que no podré hacerlo hasta que éste completamente recuperado.

—Vamos por otro café, hermano. —insiste, Min.

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