Invocación: Marie Antoinette

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La Princesa del Palacio de Cristal

El Diario de Midoriya Izuku

Siempre pensamos que hay cosas que queremos y que sabemos exactamente lo que sucederá cuando las consigamos. Tenemos la imagen de cómo las cosas se desarrollarán perfectamente en nuestras cabezas, separadas de la realidad de todo. Creemos que todo saldrá bien.

Debería saberlo mejor ahora.

Se siente como si todavía hubiera algo de tensión en el aire, incluso después de que haya pasado todo este tiempo. Carmilla no ha hecho nada y está siendo lo más cordial posible, pero aún se mantiene alejada de la mayoría del personal. Aparte de verla ocasionalmente hablando con Medusa, realmente no la veo interactuando con mucha gente. Pensé que eso podría tranquilizar a la gente, pero todavía están nerviosos. Tal vez eso solo desaparezca con el tiempo.

Gilles y Phantom siguen básicamente encarcelados, Herr Mozart, Monsieur Sanson y Georgios están cada vez más estresados ​​y cansados ​​de vigilarlos y probablemente respondiendo preguntas de miembros del personal temerosos, el Dr. Roman parece más nervioso que de costumbre, y puedo Realmente no los culpo por sentirse como lo hacen. Siento que esto va a escalar de alguna manera en cualquier segundo. El hecho de que Carmilla apareciera solo se sumó a eso, si realmente hiciera algo, este delicado acto de equilibrio habría terminado. ¿Qué pasa si el próximo Servant que aparece hace otra cosa? ¿O el que les sigue?

Necesitábamos a alguien que ayudara a levantar el ánimo de todos. Alguien que podría inyectar algo de positividad muy necesaria en Chaldea. Después de hoy, lo conseguimos.

Debería haber sabido que habría una advertencia.

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Cuando el géiser de energía mágica se disparó hacia el techo, Izuku se preparó lo mejor que pudo para ver quién vendría después. Pensó que conocía el patrón, e incluso si pudiera estar equivocado, trató de considerar qué contramedidas serían necesarias. Si fuera Vlad, ¿sería más sanguinario que Carmilla? ¿Tendría que hacer una donación solo para pacificarlo? Si fuera Lancelot, ¿se concentraría únicamente en Mash? ¿Qué pasó cuando inevitablemente se encontró con Artoria? ¿Cómo se suponía que iba a evitar que lastimara a alguien? ¿Tendría que cruzar esa línea y usar un Command Seal?

Afortunadamente, hoy no necesitaría responder ninguna de esas preguntas.

Cuando la energía se desvaneció, bajó el brazo para mirar y vio lo que parecía ser un tenue polvo brillante que flotaba en el aire. Parecía capturar los restos del maná que aún estaban allí, dando al área alrededor del círculo de invocación un brillo azul claro. Observó las partículas brillar durante unos segundos, antes de mirar a quién había llegado, lo que hizo que su corazón amenazara con salirse de su pecho por la sorpresa.

"Servant, Rider". comenzó, inclinando ligeramente la cabeza. Luego lo levantó y les dio a los dos una sonrisa ganadora. "¡ Bonjour, mes amis! ¡Soy la última reina de Francia, María Antonieta! ¡ Vive la France! "

"¡María!" exclamó Izuku, acercándose mientras una sonrisa alegre crecía en su rostro. Mash corrió rápidamente a su lado, luciendo no menos extasiado con este resultado. "¡Finalmente estás aquí!"

"¡Estamos tan contentos de que hayas podido venir! ¡Te extrañamos!" Mash agregó.

La sonrisa de Marie se mantuvo mientras miraba de un lado a otro entre los dos. Sin embargo, después de un segundo, inclinó ligeramente la cabeza y habló con un tono ligeramente confuso.

" Disculpe-moi , pero... ¿nos hemos visto antes?"

Una pregunta inocua. Eso fue todo lo que se necesitó para absorber completamente la energía de la habitación.

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