Timeless Academia

Invocación: Vlad III

El Señor Empalador

El Diario de Midoriya Izuku

Todos terminan etiquetados por otros de alguna manera. No importa cómo tratemos de presentarnos, no importa lo que mostremos a los demás, en última instancia, depende de ellos cómo seremos vistos en el futuro. Incluso si hacemos todo lo posible para ser lo que vemos como bueno y justo, es posible que otros no lo vean de esa manera.

Créeme, sé cómo es eso.

D'Eon debe ser juzgado así, ahora que lo pienso. No es que no lo alienten a veces, pero en general deben haber tratado con más atención negativa que positiva. En realidad, nadie les ha dicho nada, al menos por lo que he visto, por lo que todavía se están integrando a Chaldea muy bien. Tener un grupo de apoyo como ellos solo está demostrando ser beneficioso.

Sin embargo, si alguien les dice algo, habrá un problema.

Pero una cosa es ser juzgado puramente en base a la apariencia o algún otro factor relacionado con cómo naciste. Otra cosa es ser juzgado por tus acciones, sean cuales sean tus intenciones.

A los destinatarios de tus acciones normalmente no les importa que hayas hecho algo con las mejores intenciones. Si terminaste lastimándolo o si solo reaccionaste a sus acciones, no necesariamente importa. Los que están de tu lado seguirían estando contigo y sentirían lo contrario, incluso si hicieras algo que sería objetivamente horrible.

Al final, todos decidimos cómo es nuestra realidad en función de quienes nos rodean. Tenemos que elegir si creer o no en lo que otros piensan, o desafiarlos o no. Ya sean nuestros padres, nuestros amigos, nuestros ídolos o nuestros líderes.

Lo que significa que, incluso si el resto del mundo odia a alguien, aún tendría aliados.

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Una vez más, la cámara de invocación cobró vida y el géiser de energía mágica salió disparado del círculo de invocación hasta el techo. Las luces casi cegaron a los presentes, y el sonido de la energía que se precipitaba casi les ensordeció los oídos.

Como siempre, hubo un breve momento de anticipación. ¿Sería el Servant de hoy un viejo amigo que Izuku y Mash extrañaron mucho y sintieron que necesitaban más que nunca? ¿Sería en cambio un enemigo aterrador con el que ahora tenían que hacer las paces y decidir cómo trabajar?

Por mucho que esperaran lo primero, si la historia había mostrado algo, no iban a salir tan fácilmente.

A medida que la energía mágica se desvanecía, la habitación se vio repentinamente envuelta en una niebla oscura, como sucedió con Lancelot. La diferencia era que Izuku estaba familiarizado con esta niebla, y se tensó al sentirla recorrer su cuerpo nuevamente. Sintió que bajaba la temperatura a su alrededor, tal como lo había hecho en Francia, y supo quién había respondido a la llamada esta vez.

Incluso si no lo hubiera hecho, el olor distintivo de la sangre que parecía filtrarse de esa misma niebla le daría una pista reveladora.

Tan repentinamente como apareció, la niebla retrocedió por donde había venido, reuniéndose dentro del círculo de invocación y pronto tomando una forma humana distinta. Se solidificó, se desvaneció de nuevo en sí mismo, y pronto su creador se hizo visible.

Vlad el Empalador había llegado. Solo que no hizo una presentación inmediata, como hicieron muchos Servants. En cambio, frunció el ceño, mirando hacia abajo a una de sus manos, apretándola y abriéndola varias veces. Notó las marcas en las palmas de sus manos, y su expresión rápidamente cambió a una de ira furiosa. Levantó la cabeza para mirar a Izuku, sus colmillos de repente quedaron al descubierto mientras se obligaba a sí mismo a contener un gruñido. "¿Qué hiciste ? ", preguntó acusadoramente.